martes, 4 de mayo de 2010

¿cueces o enriqueces?

¿oyes o escuchas?
¿miras o ves?
¿te disfrazas o te transformas?
¿lees o comprendes?
¿rozas o acaricias?
¿tocas o besas?
¿notas o sientes?
¿duermes o sueñas?
¿respiras o vives?
¿gustas o amas?
¿andas o caminas?
¿anotas o escribes?
¿hablas o dices?
¿abres los ojos o despiertas?

No somos iguales. La suma de sutiles diferencias forma una masa crítica diferenciadora. Nunca del todo, nunca de nada.