lunes, 3 de mayo de 2010

dos locos en un día de viento

quedan para comer juntos y hablan de la vida y de su condición.
dos locos en un día de viento pueden hablar de las cosas más profundas como dos perfectos desconocidos, y reconocerse, súbitamente, en el destello de la mirada del otro loco, como dos perfectos conocidos.
los extremos se tocan.
el loco filosofa fórmulas y la loca formula poesías.
'tus palabras podrían ser las mías'
'palabra por palabra, eso podría decirlo yo'
'pienso exactamente lo contrario. fíjate bien, es casi lo mismo'
los extremos se unen.
a la loca le impresiona la sensación de que todo es tal y como debe ser. al loco no, porque cree que cada cosa es la única que puede ser.
que si el árbol arbolea, la luna lunea y la gata gatea, ellos loquean, que no es menos.
y todo es en paz: el sexo y la risa, los senderos de besos, la vida es bella, el loco es bello y reversible. y el viento sopla fuerte, pero sopla fuera.
Fuera, viento: aunque tiemblen los cristales no entrarás. Quédate fuera y deja que los locos disfruten de su rato de cordura.