viernes, 6 de agosto de 2010

Supervivencia del espíritu en trabaJos iNestables-III


Hace unos días: Una suplencia de recepcionista-azafata-auxiliar administrativo, etc todo en uno, aunque si la tarde está tranquila (como ha estado) puedes dedicarte a leer, reflexionar sobre el -perdido- rumbo de tu vida, hacerte la manicura, depilarte las cejas u otros trabajos de 'chapa y pintura' en general.

Perfecto. La verdad es que si la tarde está tranquila, es como si te pagaran por ir a la biblioteca. Eso sí, de uniforme estridentemente corporativo.

Y cuando paso al cuartito-vestuario-merendero-reservado de mis compañeras azafatas, lo constato: una balda llena de libros entre los que me llaman la atención varios best-sellers actuales pero también 'Cuentos Rusos' de Chéjov, 'La Señora Dalloway' de Woolf y algún otro clasicazo que me da que pensar; por aquí pasó una buena lectora.

Y un librito, que me llama la atención: 'Vidas Ejemplares' de Rafael Torres Mulas. ¿Qué vidas ejemplares serán esas? ¿Biografías de santos? ¿De jefes de estado? ¿Líderes carismáticos?

Pues no. El subtítulo del libro lo decía bien clarito: 'Raros. Anónimos. Libres'.

Ahí estaban entre otros Otto Witte- que fue artista circense, después buzo en la India, también secuestró por amor a una bailarina española de un harén de Estambul, fue rey de Albania durante cinco días y al final de su vida fundó en su Alemania natal el Partido de los 'Sin Partido', que obtuvo la nada desdeñable cifra de 23.000 votos en las elecciones de 1919.

También el Señor Wences, ventrílocuo español que se hizo famoso en EEUU y de cuyo sobrino, José Luis Moreno, renegaba hasta la muerte.

Ahí estaba John Fulton, nacido en Philadelphia pero con vocación de torero, que vino a España a cumplir su sueño aunque los toreros españoles no admitieron su 'intrusismo' y nunca le dejaron torear.

Y Galo Leoz, el introductor de la oftanmología en España, que tras vivir casi cien años (en el momento de la entrevista tenía casi cien, vivió en total ciento diez) recordaba a su primera novia (fallecida por leucemia con apenas quince años) con las impresionantes palabras 'Es poco un siglo para olvidarla'

Ellos, entre otros personajes igualmente apasionantes y apasionados. ¿Qué tienen en común?

Así es como lo dice el autor, y no hay mejor manera de decirlo:

"Así fui reuniendo a los doce personajes de este libro, gente de éxito, pues la mayoría había conseguido hacer realidad su sueño de niños (...) buscaba personas que hubieran vivido a su manera, que no puede ser más grande ni más rica la ejemplaridad de una vida para las otras. Ser uno mismo es posible. Es más; ser cualquier otra cosa es una caca, como no ser nada"

Olvida lo que te dicen que está bien, lo que te dicen que está mal, lo que debes o no debes, lo que deberías o lo que esperan de ti. Todo eso es caca. Menos que nada.

No olvides, no olvides recordar quién eres. Y quién puedes ser.

Puedes hacerlo bien, puedes hacerlo mal, o puedes hacerlo a tu manera.

-por fin un día fructífero en el trabajo-