jueves, 9 de septiembre de 2010

Vidas Ejemplares II






No hace mucho que hablé del libro 'Vidas ejemplares' de Rafael Torres Mulas.
Fue en el último 'Supervivencia del Espíritu en Trabajos Inestables'.

El otro día conocí a un hombre digno de figurar en el próximo volumen.
Encaja en el subtítulo del libro: Raro, anónimo, libre. El anonimato lo perdió durante un rato por un anuncio que hicieron sobre él. Pero más o menos lo es, sobre todo en España, porque nadie es profeta en su tierra.
Por lo demás, es raro y libre como pocos.

Don Justo Gallego: el último constructor de catedrales.

Que tenía el sueño de hacer una catedral como ofrenda a la Virgen y a Dios y no sólo eso: también como penitencia por quienes no siguen su camino. Y ahí lleva, 47 años haciendo una catedral sobrecogedora. Casi siempre usando materiales reciclados, desechados, desahuciados.

Que a su edad se sube a sitios donde yo no me atrevería.
Le mueve la fe. Le gusta dar ejemplo. Considera que la pobreza es el tesoro que más te libera de la vanidad del mundo. Y te explica todo esto con un carácter, una gracia y a la vez una humildad, que por un lado sólo puedes sentirte una niñata malcriada. Y por otro, te hace ver que hay seres humanos increíbles, inspiradores, que llevan dentro de su espíritu una catedral y han decidido sacarla fuera contra viento y marea.

Conseguir tus sueños de niño o de no tan niño. Vivir a tu manera. Que no hay vidas más ejemplares ni más libres.