viernes, 22 de octubre de 2010

Cuaderno de notas Kingkongnianas (III) La violación

Quizá los temas más polémicos que trata Despentes en Teoría King Kong, son la violación y la prostitución.

Tema tabú y estigma social, la violación constituye una de las manifestaciones de poder y dominación más brutales a las que la mujeres han tenido que enfrentarse a lo largo de la historia.

Escarmiento, demostración de poder, de superioridad física, arma de guerra, daño colateral, humillación, sometimiento, dominación. En realidad no tiene tanto que ver con lo sexual. Es evidente.

Es un tema sangrante. Creo que en la memoria colectiva reposan sentencias como ésta, (viene en wikipedia buscando 'pantalón vaquero')

"El 10 de febrero de 1999 la Corte Suprema de Apelación Italiana en Roma absolvió a un reo de violación, argumentando que los pantalones vaqueros no se pueden quitar sin consentimiento del que los lleva.
El 28 de noviembre de 2001, la Corte Suprema de Casación revocó la sentencia anterior, condenando al reo y estableciendo que llevar vaqueros no excluye una violación."


Un tribunal de señores que habían estudiado Derecho consideró que una navaja en el cuello o una pistola en la cabeza no es un motivo de peso para 'consentir' bajarse los vaqueros. El hecho de que prefieras ser violada y seguir viva antes que morir negándote, está o estaba hasta hace muy poco mal visto. Una chica decente debería dejarse matar antes que 'consentir'.

La vergüenza de contarlo irá siempre con ella, porque sabe que la juzgarán. A saber cómo iba vestida, iba provocando, qué hacía sola a esas horas, cómo se le ocurre, (escribe aquí la condena social que prefieras)

Está en otros libros, está en las sentencias, está en la vida real; pero la Despentes lo dice así, cuando habla acerca de su propia violación, sufrida cuando tenía 17 años:

"Tres con un fusil contra dos chicas a las que han pegado hasta hacerles sangrar: no es una violación. La prueba: si verdaderamente hubiéramos querido que no nos violaran, habríamos preferido morir, o habríamos conseguido matarlos. Desde el punto de vista de los agresores, se las arreglan para hacer creer que si ellas sobreviven es que la cosa no les disgustaba tanto."

Sobre la violación como arma de guerra, no puedo estar más de acuerdo con ella. Es algo que algún día en la historia del tiempo, se tiene que reconocer internacionalmente, como se reconocen (tiempo después de que ocurran) los genocidios y las Grandes Cagadas y Putadas de la Humanidad.
No se hace porque aún ocurre. Y porque sigue siendo tabú, silencio, indignidad, un estigma, una lacra. Cualquier mujer decente no lo cuenta jamás, no remueve la mierda; puede callarse o suicidarse.

"Se trata de una estrategia de guerra que participa de la 'virilización' del grupo que la lleva a cabo y debilita, al mismo tiempo, al grupo adversario. Esto es así desde que las guerras existen. Dejen de hacernos creer que la violencia sexual contra las mujeres es un fenómeno reciente, o propio de un grupo específico."

Y añado: lo más sucio es que se haga para dañar el ego de los hombres invadidos. Salta a la vista que no consideran que violan a una persona; que el daño no va dirigido sólo a ellas ni mucho menos, sino a la propiedad de un hombre. Es como cagarse en la puerta de su casa pero a lo bestia. Eso es lo que más me indigna.

Sigue hablando de su caso en particular, de cómo lo encajó, las personas con las que habló con el tiempo,

"Gracias a mi condición de punky practicante, podía vivir sin mi pureza de mujer decente. Porque es necesario quedar traumatizada después de una violación (...) te lo repiten de todas las maneras posibles: es grave, es un crimen, los hombres que te aman, si te enteran, se van a volver locos de dolor y de rabia."

"La prisión, la enfermedad, los malos tratos, las drogas, el abandono, la deportación; todos los traumas tienen su literatura. Pero ninguna mujer después de haber pasado por una violación había podido utilizar el lenguaje para hacer de esa experiencia el tema de una novela(habla del año 1984)Eso no pasaba al dominio de lo simbólico. Es asombroso que las mujeres no digamos nada a las niñas, que no haya ninguna transmisión de saber, ni de consignas de supervivencia, ni de consejos prácticos y simples. Nada."

Pues sí, Virginie, es realmente alucinante que no tengamos esa transmisión de saber.
Supongo que hace veinte o veinticinco años era aún peor. Yo sí he escuchado algún consejo al respecto. No muchos, pero me gustaría contribuir a la causa con cosas que he leído o escuchado y me han parecido útiles.

-Si te ataca un solo tío, planta cara. Lo más seguro es que huya. Simplemente porque no espera que le plantes cara, es un puto cobarde. Piensa que vas a quedarte paralizada por el miedo.

Este consejo, si es uno solo planta cara, lo leí o lo escuché en algún lado y de entrada no da mucha seguridad. Me doy cuenta. Porque puede salir mal, claro. Pero es que puede salir bien. A mí una vez me salió bien. Así que si me vuelvo a tener que enfrentarme a un cerdo individual volveré a revolverme como una puta gata furiosa. Mierda, vale que nunca se sabe si el miedo te va a paralizar, pero hay que estar concienciada para defenderse.

Pues sí, me cago en el si te violan, relájate y disfruta. Un mojón para el que inventó esa frase.

-Si son más de uno, huye como un rayo. Está claro.

-En cualquiera de los dos casos, grita FUEGO. Por desgracia la gente no tiene un dispositivo de alarma altruísta esperando a saltar ante un grito de "¡Socorro!" Pero en cambio, el grito de "¡Fuego!" lo llevamos en los genes. Reacción instintiva e instantánea: todo el mundo acude a mirar qué pasa.

Despentes cuenta cómo por casualidad, a eso de 1990 leyó un artículo de la controvertida feminista Camille Paglia acerca de la violación que venía a decir:

"Es un riesgo inevitable, un riesgo que las mujeres deben tener en cuenta si quieren salir de sus casas y circular libremente. Si te sucede, levántate, dust yourself , desempólvate y pasa a otra cosa. Y si eso te da demasiado miedo, quédate en casa de mama y ocúpate de hacerte la manicura. (...) Pensar por primera vez la violación de una manera nueva. Por primera vez, alguien valoraba la capacidad de recuperarse de la violación, de su alcance, de su resonancia. Sin anular nada de lo que había pasado aquella noche. (...) Camille Paglia propone pensar la violación como un riesgo inevitable, inherente a nuestra condición femenina. Una libertad increíble de des-dramatización. (...) Ella era la primera que había sacado la violación del horror absoluto, de lo no dicho, de lo que no debe ocurrir nunca. Ella hacía de la violación una circunstancia política, algo que debíamos aprender a encajar. Paglia cambiaba todo: ya no se trataba de negar ni de morir, se trataba de vivir con."

"Nunca oímos en el noticiero hablar de chicas que arrancan la polla del violador con los dientes, que les buscan después para vengarse o que les dan una hostia. (...)Una empresa política ancestral, implacable, enseña a las mujeres a no defenderse. Como siempre, doble obligación: hacernos saber que no hay nada tan grave y al mismo tiempo, que no debemos defendernos, ni vengarnos. Sufrir y no poder hacer nada más. Una espada de Damocles entre las piernas."

Pues vale ya. Siglo XXI, joder. Legítima defensa, legítima venganza.

"Resulta sorprendente que en 2006, cuando todo el mundo se pasea con minúsculos ordenadores portátiles, no exista todavía un solo objeto que podamos meternos en el coño cuando salimos a dar una vuelta y que cortaría en pedazos la polla del primer idiota que quisiera entrar sin permiso."

Cuánta razón.