sábado, 29 de enero de 2011

el pantano de fuego

-Para un momento, tengo que decirte algo-mientras cogía su mano y la obligaba a frenar el paso

-¿Y no puede esperar? No es el mejor momento...no debemos pararnos aquí-ella sólo miraba hacia donde se suponía que estaba la salida

-Es que...me está dando pereza

-¿¿Qué??

-Sí, no sé...bueno, que creo que me lo imaginaba diferente. No sé explicarte, me hacía ilusión hacer esto contigo, pero ahora mismo no lo tengo tan claro. A lo mejor me esperaba otra cosa. Esto de los RAGs está siendo una mierda. Y mírate: yo te recordaba preciosa, y en fin, la verdad es que estás hecha un asco. Ese vestido te queda fatal, y esa diadema es bastante hortera, te sienta como un tiro. Tal vez sean sólo tonterías y luego se me pase y te quiera igual que antes, pero ahora mismo no tengo muchas ganas de seguir. Al fin y al cabo tú estás prometida y yo tengo un par de churris por ahí en los puertos; porque como te imaginarás, de pirata se liga un huevo y parte del otro. A lo mejor deberíamos darnos un poco de tiempo para pensar.

-Pero...si estamos en el puto Pantano de Fuego, si ya hemos cruzado la mitad...si venciste a la muerte, convenciste al pirata Robers de que tenía que dejarte vivir, has cruzado medio mundo, me has encontrado...no me puedes estar diciendo esto ahora, no puedes decirlo en serio. Di que no lo dices en serio, Wes, dime que los gases de las bolas de fuego te están haciendo decir gilipolleces, dime que no piensas eso.

-Lo siento Buttercup, es lo que hay. Pero no pasa nada, mujer. Si total, nadie es imprescindible. En realidad creo que esto del amor...bueno, llámalo amor o como lo quieras llamar...igual la gente se lo toma demasiado en serio. Lo hemos pasado muy bien...total, que me vuelvo. Pero no te preocupes, si ya lo tienes controlado: mira qué bien lo estabas haciendo. Sólo tienes que seguir así y lo atravesarás tú solita. La salida es por ahí -señaló- todo recto.