domingo, 17 de febrero de 2013

apología de Kate Moss

la última vez -la última de...unas cuantasss a lo largo de la vida- que alguien a mi alrededor sacó el tema de Kate Moss fue el otro día, en el trabajo.

-¿Qué te parece Kate Moss?
-Una diosa.
-Eh...¿sí? yo creo que es fea...
-¿Fea? ¿Cómo que fea? Te digo que es una diosa.
-Buah, hay muchas modelos más guapas...y se droga...
-Ya estamos. Hay miles de chicas más guapas que pasan por la tele, las revistas y las pasarelas y a los veinte segundos te has olvidado de sus caras bonitas para siempre. Hay una diferencia cualitativa entre ser guapa y ser bella. Y Kate Moss es mucho más bella que guapa. Por eso gusta sin saber por qué y por eso creo que la desprecian los que la desprecian. Es muchas cosas. Para mí es una rebelde. ¿Sabes que cuando salieron esas fotos de ella drogándose, al poco tiempo había redoblado los contratos? Se tuvo que descojonar de risa. Yo creo que hace lo que le sale del chichi. ¿Sabes que la presionaron durante años para que se aumentase las tetas? Y les dijo sí, yo me rellenaré las tetas cuando os rellenéis vosotros los cojones. Es un estandarte para todas las tetas pequeñas del mundo y para la lucha de clases entre tetas pequeñas y tetas grandes que se declaró cuando se inventaron los implantes de silicona. Eh, estamos aquí, resistimos; sabemos que tenemos nuestro público. Meteos la silicona en los cojones.
Kate Moss es su manera de llenar el espacio. Su actitud. Todo el mundo es eso. La manera de llenar el espacio. Mira, anda, mira y luego me dices que no es una diosa.