lunes, 18 de febrero de 2013

regalos de fin de invierno

el otro día me crucé con Nina y me dijo que ya tenía preparadas las pulseras. Nina es la abuela de Slavi, Nina es mi vecina de en frente, Nina es una anciana sabia, muy sabia. habla pausado un castellano perfecto con un precioso acento búlgaro. es el cuarto invierno que nos regala unas pulseras de la suerte que son una tradición de su país. hay que anudarla en la muñeca o en el llavero desde el 1 de marzo, y se pide un deseo. la llevas hasta que comienza la primavera y entonces la atas a un árbol con flores o frutos, mientras pides el deseo. es el primer año que me pica la curiosidad y busco el origen. y el resultado ha superado todas mis expectativas. se llaman martenitsa, y la historia es interesantérrima. significan literalmente 'Abuela Primavera' y son un ritual pagano muuuuy antiguo de bienvenida de la primavera y de celebración de la vuelta de la vida. 

rojo por el sol, que calienta cada vez con más intensidad. blanco por el hielo que se derrite. 
lo masculino lo femenino mezclados. oh. 

la mía y la de Horacio van con caramelos. y hay una para Ce y otra para Encarna, mis compañeras de aventuras aquí en la casita de colores. y todavía me dio una de más. que busca dueño ¿alguien la quiere? garantizo que funcionan. especialmente cuando mueves el culo por aquello que deseas. así resultan infalibles. y así me lo explicó Nina. es parte de la magia. es adorable, Nina. 


familia de martenitsas esperando a repartir suerte


y ayer, por fin, por fin, por fin, regalazo de precumpleaños, vi a Angélica Liddell en escena. Ping Pang Qiu. en carne y hueso la vi. la vi y parecía humana. parecía una humana bella, buena, verdadera. ella dijo

lo bello, lo bueno, lo verdadero
que a veces creo que es lo mismo a veces creo que es lo mismo

no puedo escribir sobre Angélica. esto no es escribir sobre Angélica. hay que verla, hay que leerla. la vi en carne y hueso, y parecía humana. al principio del todo, en silencio, de pie, quieta, en un lado del escenario. parecía humana. pero luego se mueve luego habla luego escribe y no lo es, es más. eran esas frases en ese escenario

HAY UN INTEGRISTA EN CADA IMBÉCIL

o algo como

ante el amor sólo cabe la disciplina o el castigo. alejarse mediante la disciplina, o acercarse y aceptar el castigo.

o

donde no se necesita la belleza se mata más

donde no se necesita la belleza se mata más

donde no se necesita la belleza se mata más