viernes, 10 de mayo de 2013

contra los recortes (XXXVII) lava la ropa antes de estrenarla

tendencias para esta primavera-verano en Bangladesh y otros muchos sitios.

después de un par de semanas de ausencia, vuelvo a la iniciativa 'Contra los recortes' que comenzó Antonio Díez hace tanto que ya ni me acuerdo.

hoy no quería mirar sólo a nuestro ombligo de españoles en crisis (o estafa), hoy sólo quiero hacer un poquito de hincapié en la manera de funcionar del mundo. y todo tiene que ver con todo, porque por ejemplo la última tragedia en una fábrica textil en Bangladesh ha dejado al descubierto que producían para varias marcas españolas.

hay un círculo vicioso que hace que la gente, en crisis o no, quiera comprar ropa barata y que esa ropa, para ser barata, tenga que ser producida por medios esclavistas en países muy pobres, en una alta proporción por mujeres y niñas sin derechos laborales.

digamos que las grandes marcas de moda en conjunción con las revistas y medios de comunicación que se encargan de nuestros lavados de cerebro de mujeres occidentales, nos incitan a ser 'libres para elegir' unas tendencias estudiadas para alimentar una insatisfacción eteeeerna, a comprar ropa nueva y diferente temporada tras temporada que consolida la esclavitud de nuestras congéneres de otros países. es cuestión de azar que seas una de las que compra en Inditex o una de las que cose la ropa de Inditex ¿no te das cuenta, perra?

aunque durante años se viene denunciando que el sector textil es la nueva esclavitud, seguimos, como borregas, comprando ropa que nos perjudica a nivel global. y el señor-depredador Amancio Ortega sigue recibiendo palmaditas en la espalda por su graaaan contribución al mundo.

la verdad es que es un tema que me empezó a inquietar hace tiempo. hice mi cruz y mi boicot a Inditex y me dediqué a comentarlo a mi alrededor. descubrí que es tendencia el hecho de encogerse de hombros, amagar un 'no es mi problema' y 'a mí qué, yo quiero comprarme ese vestido'

con lo cual no sé si es que somos insolidarias o sólo gilipollas, o las dos cosas. tirar piedras en nuestro propio chumino. la esclavitud nos parece mal, pero dejar de comprar ropa en tiendas esclavistas nos parece un esfuerzo demasiado grande.

cuando una se pone a investigar, no es fácil encontrar marcas de ropa que aseguren una producción en condiciones justas. ni las marcas baratas, ni las caras. todo, todo, todo hace que el círculo sea perfecto: mujeres del norte deseosas de comprar ropa hecha en condiciones de puta mierda por sus compañeras del sur, y a todo esto las grandes barrigas, las grandes calvas del mundo haciéndose más y más ricas, gracias a nuestra insatisfacción y nuestra indiferencia.

vale. a veces lo cuento y se me encogen de hombros. quizá en las próximas generaciones nosotras cosamos para otros países en los cuales las mujeres se encogerán de hombros ante nuestra suerte.

hay que lavar la ropa antes de estrenarla, decía mi madre. así se le va el apresto, el olor a nuevo, en fin, todo, hay que hacerlo. y la sangre, mamá. y la sangre.