lunes, 6 de mayo de 2013

me llaman la desaparecida



necesitaba unos días para mí.

no ayuda lo de no tener internet todavía, pero con el smartphone no tengo excusa. además parece que estaré todo el mes sin internet. smartphone + ratos libres en el trabajo, es la solución. ya está. ya he vuelto.

pero necesitaba estos días para mí, para mi gata, para la casita nueva, para hacer inventario de mi vida y de mis cosas.

conclusiones:

-llevo toda la vida coleccionando cosas bonitas. sellos, chapas, lazos, pegatinas, cuadernos, botones, recortes de revistas, fotos, cromos, tazos, abalorios, colores, figuritas de roscón de reyes. es como un síndrome de Diógenes pero sin el como pero con cosas bonitas. cosas bonitas guardadas en cajas bonitas. casi me da una sobredosis de bonitismo al ordenarlo todo de nuevo. he estado a punto de vomitar purpurina, fimo, foam, celofán, papel seda, cartulinas de colores, tijeras que cortan en zigzag. tremendo

-estoy jodidamente orgullosa de mi colección de cosas bonitas. podría pasar los días ordenándolas y reordenándolas y llenando álbumes y cuadernos con cosas bonitas. sí, aunque terminara vomitando colorines. buah.

-no me da miedo vivir sola. que pensé que un poco sí. pero no. y la verdad, tampoco estoy sola lo que se dice sola, porque

-ahora, cuando entro en casa, para saludar digo 'miau'. y el mundo es un lugar un poquito mejor.