viernes, 10 de mayo de 2013

pudrirse no duele

izquierda o derecha pierden importancia.

el centro es la barra. el norte ¿entiendes? el norte es la barra. nosotras estamos a la derecha o a la izquierda de la barra. la barra es el centro, el eje. 

y lo mejor  lo mejor es que no existe pierna izquierda o pierna derecha, no. existe la pierna de dentro y la pierna de fuera, respecto a la barra y nada más. no existe derecha o izquierda como tal. y es un alivio. 

ese eje, ese centro y ese norte. un fin, no un medio. ah, si usas la barra como medio no creo que dures ni un mes. la barra no es el medio para que tú te luzcas. no, no. puede parecer que sí pero no.

tú eres el medio, y la barra, que es de acero, es el fin. subirse a la barra y hacer algo bello. la barra, que es perfecta. es de acero y tú  no eres más que carne y huesos y dolor y placer. tú sangras y vives y sufres y mueres y te harás polvo o comida para gatos. la barra seguirá ahí, seguirá siendo de acero.

la mínima importancia de todo, nuestros cuerpos sin la más mínima importancia en el curso de la historia del mundo. caerme y qué. dolerme y ¿qué? ¿que si duele trepar? claro que duele, te revienta el empeine de los pies, duele como su puta madre, es decir, como un pie de carne y hueso golpeándose una y otra vez y apoyando todo el peso del cuerpo sobre acero. ¿que si duele? pues claro, más de lo que duele ningún deporte que haya hecho nunca pero no piensas en eso cuando trepas o nunca serás una mona. 

entonces, no lo hagas: pudrirse duele menos, en realidad. sí, pudrirse. quedarse una quieta mientras se pudre, se atrofia, se arruga, mientras se oxida, mientras afuera pasa la vida, eso no duele: haz eso. luego  haz dieta, quéjate de tu culo fofo, de tu cuerpo débil, de tu dolor crónico de espalda, compra cremas anticelulíticas y pastillas anti retención de líquidos y lágrimas de ácido hialurónico y cremas antiarrugas y deprímete cuando mires la Vogue. haz eso, porque nada de eso duele. 

el hecho es que cuantos más moratones tengo y más me duele todo, menos me duele nada. porque pudrirse no dolía. no, no. pudrirse no duele, ahora lo veo claro, pudrirse no duele así que si no puedes entender el dolor que es necesario, el dolor elegido, el daño escogido, el dolor consciente, el dolor que enseña y fortalece y hace sabia y hace la carne y la mente firme; si no quieres el dolor, entonces púdrete.