jueves, 31 de enero de 2013

y dígame, por un azucarillo: ¿qué esperaría usted de la vecinita agorafóbica, esa de la que sólo se sabe que pasa las horas en el garaje escuchando música?



conocí sus vídeos y su historia hace años. este fue el primero que vi, y desde entonces tuve una heroína personal más.

y ya hace tiempo, sí, que también sale al jardín a bailar. bien por TaraKarina.

Certificado del Libramiento


me encontré este Certificado del Libramiento. mira qué suerte. no era nominativo, así que asumí que era al portador. claro, lo primero que hice fue llamar al trabajo para que me lo canjearan por un día libre, pero me dijeron que no. pues vaya mierda. entonces, ¿de qué te libra? ¿de la condenación eterna? me quedaría mucho más tranquila, cómo no. lo siento por el que lo perdió, igual está preocupado. perdió su libramiento, ¿ya no se librará? bueno, la única pega de todo esto es que Jehová, y esto es algo que siempre he querido contar a un testigo de Jehová, no es el nombre de dios sino un popurrí de letras que los antiguos judíos idearon para que nadie pronunciara los verdaderos nombres de dios (tiene muchos). tomaron las consonantes de YaHVe (su Y es nuestra J) y las vocales en sentido inverso de AdOnAI, (AI como E) que son dos de los nombres válidos de dios, para dar como resultado JEHOVA, es decir: 'el que nada significa'. 
sobre lo de que dios es amor también tengo mis dudas ¿no será al revés? 

te enseñaron el concepto de dios desde fuera, en la escuela, en casa, el catecismo, la catequesis, la comunión, las oraciones, la asignatura de religión católica obligatoria, la misa obligatoria del cole de curas, la confesión forzosa, -no te daba la gana contar tu vida a un cura así que llevabas preparados tres o cuatro pecadillos típicos y tópicos y por nada del mundo le ibas a contar tus verdaderos pecados a un cura- la penitencia que parecía una broma: recetas de padrenuestros y avemarías que aún no recé. te enseñaron dios es amor te perdona todos los pecados si te arrepientes, (y si no, arderás en la hoguera eterna de los condenados) luego, pensándolo bien, dejaste de creer en el pecado, en el arrepentimiento y en el mismo dios. a los doce años te negaste a confesar. te dijeron ¡qué arrogancia es esa de no querer confesar, de no considerarse pecadora! niña pecadora, niña impura, por mujeres como tú se perdió Adán y se perdió el Edén. No es verdad, no es mi culpa que Adán no tuviera personalidad y luego amaste amaste amaste y llegaste a la conclusión de que, en todo caso, el amor es dios, la poesía es dios, la música es dios, las matemáticas son dios, pero dios no es nada de todo lo anterior. es curioso. 




edición comentada (2)


    con todos mis respetos a neorrabioso, yo es que hoy estoy neomimosa...

martes, 29 de enero de 2013

poligénesis lingüística

Una tiene un chispazo cualquiera, por el ejemplo el que resulta de un cortocircuito entre onicófago y onírico. Para alguien que se muerde las uñas y sueña más despierta que dormida, no está nada fuera de lugar. Una casi tiene la tentación de pensar que ha inventado una palabra. 

Pero Google me chiva que no soy la primera en usarla. Parece que sí podría ser la segunda.

1.-Usado por primera vez en 2010 por María José Rubiera en su historia Los antroponíricos donde los define así:

"Reciben esta acepción porque se alimentan de sueños ajenos; escogen deliberadamente a sus presas y de forma lenta y cruel devoran sus ilusiones. Al igual que parásitos, succionan todo lo que hay de hermoso en su víctima: esperanzas, alegrías, emociones y todo lo que resulta imprescindible para sentirse vivo. Son taimados, maestros en argucias; esgrimen sus armas hasta conseguir que a su presa sólo le quede el vacío, la nada, la desolación sin límites, la muerte en vida..."

Bueno, vaya tela. Yo no lo había pensado así, la verdad. Yo sólo había escrito:





Pero yo no lo pensaba de mal rollo. Lo mío era de buen rollo. Así que me veo en la obligación de matizar/ampliar el significado de esta nueva y emocionante palabra

2.-Usado en 2013 por Valeria chaos, con otra acepción:

"Subgrupo minoritario de los autótrofos. Cualquier ser que se alimenta de sus propios sueños, obteniendo de ellos los nutrientes anímicos que necesita para seguir vivo."

viernes, 25 de enero de 2013

contra los recortes (XXIV) edición comentada

siempre me duermo tarde y odio madrugar, así que uno de los pocos alicientes que le veo a las 7.15 cuando me toca trabajar en turno de mañana es que a esa hora la amable repartidora que siempre da los buenos días nos entrega el periódico gratuito 20 minutos (el único que queda en tiempos de crisis, antes había dos más) en la entrada del metro. 

pero una se cansa de leer malas noticias de buena mañana. estos días de atrás, lo leia y acto seguido lo dejaba en cualquier lado para que lo leyera el siguiente y lo soltaba como se suelta un trapo sucio, un bicho infecto, como basura. asco de realidad. ¿no?

pues no sé. el caso es que tenía mi pilot morado. y mucho sueño. y mala gana y ganas de vivir. y de decir. escribiría por todas partes por todas partes escribiría siempre, todo, no lo sé, por qué no, al que lo lea después tal vez le alegrará a lo mejor empiezo una revolución, o mejor: seguro que no soy la primera ni la última ¿por qué no lo hace todo el mundo? sería tan bonito ¿por qué nunca se me ocurrió antes? porque se me ha ocurrido ahora y punto. redecora tu periódico. manda mensajes de fuerza a desconocidos. no estamos solos no estamos solos somos lo que creemos lo que hacemos

y he hecho mi acción poética de hoy. en uno de los transbordos que hago, como es el final de la línea todo el mundo debe bajar del vagón. he esperado a ser de las últimas y he dejado el periódico en un asiento justo justo antes de salir, para que el siguiente no supiera quién lo había tenido antes que él. la gente que esperaba para entrar ha entrado, y una señora de mediana edad, bajita, morena, se ha sentado y ha cogido el periódico. yo, desde fuera, desde el otro andén, observaba. su metro tardaba en arrancar. he visto cómo miraba la portada primero con cara neutra, luego con extrañeza, y finalmente, con una sonrisa.

y me he sentido muy muy muy ninja. 

¡única e irrepetible! ¡sólo un ejemplar!

aquí tenemos esta portada capaz de amargar el colacao al más feliz.
¿qué hacemos? comentarla
Sub-titulo: "Y el gobierno cree que está dando sus frutos"
----> sí, sus frutos podrídos.
mensaje liminal: QUE NADA NI NADIE TE AMARGUE ESTE DÍA: ES TUYO Y ES SÓLO HOY.
y los comentarios al gráfico son que me he emocionao.
bueno, porque pretendía ponerme poética o algo, pero es que así en frío (o en caliente...)
y con estas noticias, pues...

el desarrollo de la noticia de portada...

¿sabéis cuál es el timo de la estampita?
creo que entrar en el euro fue el timo de la estampita.

¿por qué le da igual?
¿será que sabe que le seguirán votando?
¡ah, no, a él nadie le votó!

un poquito neorrabiosa en una vertiente superdiscreta, pero inspirado en una cosa que le escuché decir
en esta entrevista,  que quería escribir poesía para gente que no leía poesía, o que no leía en general,
para la gente que pasara por allí, y me encantó y mira tú por donde. es mucho más discreto y es como súper secreto,
y efímero y de todo, quizá acabe en la basura a la primera de cambio. pero bueno.
 resulta que todavía no multan por escribir en los periódicos
(al menos por sobre o re escribirlos o decorarlos)
le veo, le veo ventajas, la verdad

con ignacio he sido muy clásica, tal y como decoraría a los santos padres de la iglesia en los libros de religión del cole: los míticos cuernos de diablillo y un bigote.
era obligao, lo estaba pidiendo.
los euros en lugar de las estrellas de la bandera de madrid
eso ha sido un hallazgo conceptual que tiene una carga expresiva detrás muy elaborada,
sí, realmente estoy orgullosa de esta abstracción: sólo a una visionaria del arte
como yo se le podría haber ocurrido semejante metáfora alocada y con una conexión tan retorcida con la realidad.
y gente que se tira de los castillos. porque les han desahuciado. por los euros en lugar de estrellas,
por, entre otras cosas y otra gente, políticos como ignacio.
pero son castillos. creo que también quiere decir que podrían ser ellos los desahuciados.
no sé si aquí o en un mundo paralelo, o bueno, en islandia.
pero esta es la parte en la que no sé qué decir, sólo que esto es un grito y que luego dibujé un lazo negro.
que baje de un 40% a un 20% la cobertura del estado
a la ayuda de la dependencia,
me dice que nunca fue suficiente
y pido un aplauso para los cuidadores y cuidadoras,
ellas son gran mayoría,
que con su esfuerzo sacan adelante a nuestros yayos y yayas.

la publicidad que me gustaría leer 

sección de fútbol:
que se recupere el chaval como todo ser,
pero,
¡NO ME PREOCUPA!
sección de música

programación televisiva y
un lema de esos clásicos para cerrar esta primera edición comentada.

iba con las prisas y la improvisación ¡próximamente más y mejor!

ha nacido un monstruo. únete. redecora las noticias.
realidad comentada, realidad aumentada.


*se acogen con alegría lemas, logos, espontáneos, testimonios, militantes, disidentes, patrocinadores, colaboradores y vividores en general.
(los moridores, irse.)

martes, 22 de enero de 2013

a los 15 años le diré a mi hija:

(si algún día tengo una)


Hija mía:
Voy a hacerte un regalo que te cambiará la vida, no sabes cuánto. Mi regalo va a ahorrarte mucho dolor, muchísimo dinero, algunos pequeños disgustos, algunas sorpresas desagradables, algún contratiempo... pero sobre todo, mucho, mucho, muchísimo tiempo. Te voy a regalar tiempo de vida y quiero que hagas con él lo que más te guste: podrás estudiar lo que quieras, aprender a tocar el instrumento que se te antoje, aprender idiomas, circo, danza clásica o moderna, podrás hacer la maqueta más grande del mundo con palillos, memorizar El Quijote, correr cuarenta maratones o hacerte virtuosa del encaje de bolillos. Lo que quieras. 
Te voy a regalar la depilación láser.  

viernes, 18 de enero de 2013








es un hecho no sé si importante y no muy conocido, pero es un hecho, que existen gatas que se pasean con los delfines.


Es un hecho importante y conocido que las cosas no siempre son lo que parecen...

fragmento del libro que le regalé a SlaviEspíritu Animal, de Steve Bloom.



'mi madre no tiene estudios' o 'cancioncitas que me brotan por adentro'

mi madre no tiene estudios
ni bolsos caros
ni bolsos caros
pero no ha venido al mundo
a parir esclavos
parir esclavos

(bis)

(en mi cabeza suena bien)

Contra los recortes (XXIII) El currículum de Precario

Hace unos viernes despotriqué a mis anchas contra un anuncio que me pareció humillante. Hoy quería compartir aquí una mucho más inteligente que la mía reacción al mismo: una parodia que se han currado en Alternativa Universitaria que casi me hace saltar las lagrimillas.

El momento 1:39 es sublime.




¡SOMOS VALIENTES!

...y en el episodio de esta noche de "Anacronismos Salvajes de la Real Academia Española"

...el escalofriante caso de "vegano, na".


vegano, na.
1. adj. Natural de La Vega. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a esta localidad de la República Dominicana o a su provincia.


Se habrán quedao más anchos que calvos, así yo también sé, ánimo con la siguiente revisión, campeones, vamos a ver si miramos lo del relevo generacional o aunque sea unos becarios y blablablabla es todo lo que podemos decir.

Muy pronto más, y, como siempre, más salvaje en "Anacronismos Salvajes de la RAE".




jueves, 17 de enero de 2013

Noches de Diablos

Los Diablos Azules es ese pedazo de bar donde cada miércoles hay un escritor invitado que lee textos y propone una frase al público, que debe incluirla en el relato que escribirá cada cual y que luego subirá a leer al escenario para intentar llevarse el premio. Y para pasarlo bien, sobre todo para pasarlo bien. Echar unas risas y sacar punta al ingenio. Anoche fue una noche de mucho nivel entre los relatos. La verdad es que la frase era de lo más perturbadora "Mitad ángel, mitad marisco" tenía que poner en algún lado del relato. Así que, bueno, qué queréis que os diga, salí a la calle a echar humo y buscar inspiración.

No la encontré. Creo que "Mitad ángel, mitad marisco" es una frase que nunca jamás de los jamases escribiría en un relato. Así que me senté al lado de Horacio mientras él se curraba un relato de verdad, un relato cojonudo. Agarré pilot y papel y me puse a divagar. Me fui por las ramas, por las hojas, por las flores y estaba tan a gustito que el intenso olor a pescado que desprendía el bocata de calamares de una señora me hizo transcribir de manera insconciente 'pescado' por 'marisco' y salí y leí "Mitad ángel, mitad pescado" y así se ha quedado. Creo que me resulta menos chunga esa combinación que la otra.

Es divertido. Lo de que te den una frase y que cada cual se monte su película. Tan diferente cada historia como cada cabeza que la inventa. Dos docenas de minimundos en media hora. Es adictivo. No, esta vez no nos llevamos el premio. Pero lo que es ganar, siempre ganamos algo. Ahí va mi engendrito:

Mitad ángel, mitad pescado.
Sí, de ascendente en Libra y signo en Piscis.
Sí, mitad aire y mitad agua.
Las cantidades no me cuadran
si le sumo tres cuartos de fuego
y cuarto y mitad de alma.
La realidad es eso que se interpreta siempre
rigurosamente
en el sentido de mi obsesión.
Números primos. Colores nuevos. Gatos callejeros.
Algo así como una esdrújula en el llano.
Las cosas raras y el chocolate espeso.
Las drogas blandas y el sexo duro.
Mordiscos de aire puro.
Oní (ri) cofágica y espiralista.
Racimos de espinas. Ristras de besos.
Calorcito en la carne
y frío en los huesos.
Poca chicha y muchas nueces
mala bicha muchas veces
y aún así no me acostumbro.
Y aún así no me derrumbo.
Virtuosa en desatinos.
Diestra de pie,
zurda de sino.

miércoles, 16 de enero de 2013

esdrújulo, la.

(Del it. sdrucciolo).
1. adj. Fon. Dicho de una palabra: Que lleva el acento prosódico en la antepenúltima sílaba; p. ej., cáscara, máximo, oráculo. U. t. c. s.

2. adj. Dicho de una persona: Que lleva el acento vital en el antepenúltimo bombeo ventricular de los versos que conforman sus latidos; p. ej., prófugo, ácrata, místico, cómico, dramático, trágico, vándalo, caótico, lunático, erótico, famélico, libérrimo, onírico, histérico, alquímico, suicida.

3. adj. Dicho de una situación: Que lleva el acento circunstancial en el antepenúltimo vértice de realidad perceptible; p. ej., Frank Zappa plantando un pino en la habitación circular de un castillo medieval perdido entre montes segovianos.





domingo, 13 de enero de 2013

El Señor Carlos

Nos conocimos mientras echábamos de comer a la gata callejera. Antes de eso, sí, de vista, era el señor amable que vive en el bajo, pero precisamente porque vivía en el bajo no nos cruzábamos por la escalera. Así que viví más de tres años en el mismo edificio sin saber nada de él. Enviudó mientras yo ya vivía aquí, y yo no lo sabía, ni me acuerdo de haber visto a su mujer. Todo eso lo supe la primera vez que coincidimos junto al portal, y supimos quién era el otro que también echaba de comer a la gata callejera. Nos contamos muchas cosas ese día, mientras la gata comía. Todo empezó por los gatos. Los dos teníamos gata en casa, la suya muy viejita, no se sabe si es más vieja ella o yo, bromeaba. Me contó que se la trajo su nieta, de chiquitina, y su nieta se fue a vivir a Chile. Antes de eso había tenido otra, que la encontró él en la calle, y antes de eso, otra, que trajo su hijo también de la calle. Me fascinó que me contó la historia de su familia a través de los gatos que habían tenido. Casi como podría hacer yo. Me dijo te va a parecer de mala persona, pero cuando en invierno hace frío de verdad, en lo primero que pienso es en los pobres animales callejeros, los gatitos, pobrecitos, y me acuerdo de ellos antes que de las personas, porque no sé, creo que una persona puede valerse, puede refugiarse de más maneras, tiene herramientas, pero por los animales sufro, y me pareció tan entrañable. 

Después ya siempre parábamos a saludarnos. Me lo encontraba muchas veces cuando yo iba a trabajar y él venía 'de trabajar también' decía señalándose el costado, es decir, de diálisis. Le habían quitado un riñón y el otro no le funcionaba bien. Era extraordinariamente elegante. Siempre llevaba sombrero y era muy alto y delgado, de buen porte, muy buen conversador y con una voz siempre cargada de ternura. Al decir mi nombre, síempre, cargada de ternura, como un abuelo cariñoso, siempre. 

También ocurrió algo. Un domingo de agosto de hace ya dos años, bajé a echar de comer a la gata callejera y me di cuenta de que no había cogido las llaves. Las llaves ni nada: ni móvil, ni monedero, ni nada de nada de nada. Al primero que pedí ayuda fue al señor Carlos. Me hizo pasar, nos sentamos en su salón, lleno de libros. Me había contado que le gustaba mucho leer y que cuando su mujer estuvo enferma, él leía para ella. Era muy bueno el señor Carlos. Aquella situación, que conté en otro momento por otro motivo, y que está con detalle aquí,, para resumir, se resolvió porque otro vecino y su amigo cerrajero que pasaba por allí consiguieron abrir mi puerta con una radiografía del tórax del señor Carlos. Con una radiografía de su pecho abrieron mi puerta, sí. Y entonces le pedí que guardara una copia de las llaves de mi casa, por si alguna vez volvía a ocurrir. Y las guardaba desde entonces.

Una temporada dejé de verle y me preocupé mucho y me temí lo peor. Además como vivo de alquiler y soy jovencita, no importa cuántos años lleve aquí, siempre seré forastera para eso. A mí los vecinos no me cuentan quién está ingresado, o quién se ha muerto. Es así. Tardé un mes en saber que se había muerto mi propia casera. En fin. Me encargué de la gata callejera, porque sabía que estaba yo sola para alimentarla. Luego volví a ver luz en su casa y llamé. Me abrió la mujer que le cuidaría a partir de entonces, María, también muy simpática. El señor Carlos escuchó mi voz desde el salón y me hizo pasar. Estaba muy débil y muy delgado, tan diferente en pijama y bata del señor con sombrero que yo conocía. Verle tan frágil me encogió. Se estaba recuperando de un arrechucho. Sus hijos, que le cuidaban mucho y comían con él todos los días, insistieron en contratar a María. Allí estaba la gata viejita. 

Hice un bizcocho. Me salen muy bien. Huevos de gallinas felices, azúcar moreno, aceite virgen extra, todo productos revitalizantes. Lo hice con mucho cariño. Porque sí. Para que se recuperase. Les gustó mucho, a él y a María. En confidencia me contó que también lo habían probado sus hijos y que honestamente, me salía mejor que a su nuera, aunque claro, eso no se lo había dicho a ella, pobrecilla. También le di un tarro de miel. Miel de las colmenas de mi padre. Lo que yo considero néctar de ambrosía, tomaco, poción mágica, bálsamo de tigre, panacea universal. Lo que yo regalo con mis mejores deseos, con los mejores. Me dijo siempre la tomo cuando estoy resfriado y yo le dije no, no, hay que tomarla antes, y entonces uno no se resfría. En serio, tómela, tómela ya, esto le pone las defensas como toros. Porque yo no quería que le pasara nada malo al señor Carlos. 

En diciembre no le vi, y pensé que estaba pasando las Navidades con los hijos como siempre. Aunque pasaban los días y no había luz en su casa y me temí algo malo. Me crucé con una vecina de las de toda la vida, que me echó la bronca porque la gata y los gatitos gallejeros no tenían comida hacía días. Le pregunté por el señor Carlos y no sabía nada y bueno, pensé que si ella no sabía nada era buena señal. Así que la otra tarde, cuando Nina, la abuela de Slavi, entró en el salón y dijo ya sabrás lo del señor Carlos, qué pena, tuve que hacer un gran esfuerzo, porque era el cumpleaños de Slavi, para no llorar, porque no, no, no, no sabía lo del señor Carlos. No sabía lo del señor Carlos. 

Al día siguiente, en la cola del supermercado, una señora se me acercó y me dijo 

-¿Has visto a los pequeños?

No sabía de qué me hablaba y no la conocía. 

-¿Cómo?

-¡Los gatitos!

-Ah, los gatitos- la reconocí, una vez estaba echando de comer a los gatos y se paró a hablar conmigo. Es del portal de al lado. Ella da de comer a otros gatos, los del parque que hay al otro lado del edificio. Creo que sin saberlo, estamos organizados eficientemente, los locos de los gatos. 

-¡Hace días que no tienen comida! Y no les veo. Me da miedo que se hayan muerto. ¿Tú los has visto?

-Bueno, yo he estado fuera también, la Navidad...pero los vi, hace no mucho, y había tres, y vi a la madre, creo que están bien...-pero me sentí fatal. Los estábamos sacando adelante. El señor Carlos y yo.-...no se pueden haber muerto...aunque estaban muy canijos, es verdad. Y estas heladas...

Joder. Fue un día duro. Llegué al portal. Vi la casa sin luz del señor Carlos. Justo debajo de su ventana dábamos de comer a los gatos. Vi los platos vacíos. No vi a ningún gatito, ni a la madre. Y me eché a llorar.

Hoy. Hoy he vuelto, después de un par de días fuera. He bajado comida a los gatos. Y estaban. Han venido corriendo, los tres gatitos y la madre. Les he puesto un banquete. Ahora estoy yo sola para sacarlos adelante. Comían bajo la ventana del señor Carlos y yo los miraba. Entonces he visto luz en la casa. He imaginado que algún hijo estaba recogiendo cosas, como ha sido el caso. Se parecía a él, en el rostro. Le he contado quién era yo, la vecina del tercero que echaba de comer a los gatos callejeros con su padre. 

-Ah, Valeria. Sí, nos hablaba de ti. Siempre bien. Los bizcochos, la miel, sí. Sé quién eres. 
-Era muy bueno. Abrimos la puerta de mi casa con una radiografía suya. 
-Sí, sí, nos lo contó.
-Y por eso le di mis llaves.
-Ah, sí, tus llaves. Es verdad, espera, que las buscamos.

No hace falta. De verdad. Yo lo decía para que viera que teníamos confianza. Que nos teníamos cariño. Que era el primero en el que pensé cuando me quedé fuera de casa y jodida. 

-No las busque mucho, que da igual. Da lo mismo. No importa. Y...¿la gatita?
-La gata...estaba muy viejita. No podía ir a ningún lado así...no la podíamos tener...y...la he llevado a sacrificar...

Ay

Y hablamos un poco más y luego nos despedimos. No he tenido valor para pedirle que me regale un libro que le gustara a su padre, cualquier libro de la estantería, aunque lo que me hubiera encantado heredar es un sombrero, lo que ha llevado encima una cabeza tan buena como la del señor Carlos. Ser su sombrero debe ser un honor. Haberle conocido es de las cosas que te dan fe en las personas y te hacen ser mejor a ti. Es decir, él renovaba mi fe en las personas y en los locos de los gatos y en los espíritus sensibles y en la gente que se encariña con los desconocidos y en la gente que se lleva bien con gente de cualquier edad porque son gente sabia que contiene en sí misma todas las edades. 

Le voy a echar tanto de menos. Que prefiero y espero que no encuentren mis llaves, que no estaban donde todas las llaves ni tampoco donde las otras llaves ni tampoco en esos cajoncitos ni tampoco en la mesilla, no. Pienso que seguro que se las ha llevado. Por si un día me quedo fuera. O por si le apetece visitarme, tomar un café y un trozo de bizcocho, y que luego salgamos a dar de comer a nuestros gatos callejeros.







viernes, 11 de enero de 2013

contra los recortes (XXII) El efecto rebote

Slavi ha cumplido diez años. Eso quiere decir que tenía apenas tres añitos cuando yo vine a vivir aquí. Le he visto crecer. Es un niño aplicado, estudioso, inteligente, sensible, simpático, educado, cuidadoso. Lo que diga de él es poco. Es un niño muy maduro para su edad que quiere y se lleva muy bien con sus padres y ayuda en todo a Nina, su abuela. El año pasado le regalé "La historia interminable". Este año le he regalado una novela juvenil de Espido Freire, "La última batalla de Vincavec el bandido", y un libro alucinante de fotos de animales. "Espíritu animal", de Steve Bloom. Lleva textos muy bonitos y muy filosóficos acerca de los animales y el ser humano y la relación que existe entre ambos. Le encantó. Se puso a mirar todas las fotos, la verdad es que son preciosas. Y a Slavi le encantan los animales, como a mí. Y los libros, como a mí. Por supuesto, me invitaron a pasar, a sentarme, a tomar unos bombones. Por supuesto, me dieron rosquillas y más bombones para mis compañeras de piso. Son muy buena gente. Al poco, Slavi se puso a jugar a un videojuego que le habían regalado por su cumple, y su papá conversó conmigo. 

-...pues a ver qué tal, a ver qué tal este año...yo no sé, espero que esta vez empiece a mejorar ¿no? son muchos años ya, no sé...te digo la verdad: en Bulgaria, ya sabes que somos de allí, los políticos son...uffff, cómo te diría: son peor que aquí. Corruptos, corruptos, o lo siguiente a eso. Muy ladrones, mucho, y por eso también Bulgaria estaba como estaba y por eso nos vinimos aquí. Pero ¿España? La verdad, de España no me lo esperaba. Todo el mundo sabe que los políticos, en los trabajos muy buenos y todo eso, pues que la gente se queda un poquito de más, no sé, pasa en muchas cosas, pero un poquito, un poquito, no para arruinarlo todo. Todo, todo. ¿Qué hacemos? Nosotros tenemos trabajo, pero ¿y Slavi? ¿qué hará de mayor? ¿se habrá arreglado esto para entonces? ¿tendrá que irse él también? 

yo no sé si soy partidaria de que los niños escuchen estas cosas...entiendo que cuando los adultos viven con los niños acaban por no reparar en su presencia, tal vez creen que están a lo suyo, enfrascados en el videojuego, pero yo sé que Slavi estaba escuchando todo y me estaba dando un poco de angustia. me cae muy bien su papá, pero me da rabia que Slavi crezca oyendo esto...

-Alemania, tal vez...allí hay trabajo, los jóvenes tendrán que irse, porque ¿qué hacen aquí? estudian para nada, se esfuerzan y nadie se lo recompensa, quieren trabajar y no pueden...o Reino Unido, sí, pero seguramente mucha gente tendrá que irse...Alemania tiene el problema del idioma, claro, pero cuando yo vine aquí no sabía ni una palabra de español, nada. Y lo aprendes. Espabilas. A mí no me gustaría, ya vinimos aquí y ya fue duro. Yo no querría que mi hijo tuviera que irse, pero hay que ir donde hay trabajo. No lo sé. Ya no entiendo nada: rescatan a los bancos y condenan a las personas. Las personas van a la cárcel, pero los políticos y los banqueros no. En Bulgaria, bueno...pero no me lo esperaba de España. Lo peor es el ejemplo, el ejemplo que se da a los jóvenes ¿no? que van a pensar que lo normal es eso: robar y trampear.

y ya no puedo más. con una sonrisa, pero replico. 

-¿Tú crees? Yo creo que es al contrario. Bueno, cada vez estoy más convencida porque creo que esa es mi esperanza. Que los jóvenes digan: "No vamos a ser como esa panda de ladrones. Mirad lo que pasó porque tuvimos una generación de ladrones: esto no puede volver a pasar. Seremos honrados porque hemos visto sufrir a la gente. Porque desahuciaron a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de colegio. Porque reventaron a porrazos a un compañero del instituto. Vamos a ser mejores que ellos" Y esa es mi esperanza. Creo que hay dos posiciones ante la vida: una es la de "como a mí me han hecho daño yo voy a hacerlo" y la de "como a mí me han hecho daño yo NO voy a hacerlo". Mi esperanza es que seamos muchos del segundo grupo. Y yo creo que sí, o bueno, o nos iremos a pique del todo. Pero creo que sí. Yo me niego a decirles a mis compañeras de piso, que están empezando la universidad, que no hay salida, que da igual lo que estudien, que no van a encontrar trabajo. No. Tiene que haber un efecto rebote, que los siguientes hagan las cosas mejor, porque han visto lo que ocurre cuando las cosas se hacen mal. No sé. Yo creo en el efecto rebote. ¿No crees que podría pasar?

-¡¡Siiiiiiiiii!!- Grita Slavi, que acaba de cargarse a un malo en el videojuego. 

eso es lo que digo, Slavi. sé que estabas escuchando. creo en ti y en la gente buena como tú y como tus papás y como tu abuela. así que dale caña: hasta que no quede ni uno. 


conversaciones con la yaya

mi abuela, es decir, mi yaya, pasaba unos días en casa de mis padres y yo también. tiene noventa años, demencia senil desde hace varios y yo la veo un rato cada dos semanas o menos, así que cuando les dije 'sí, sí, salid a dar una vuelta, yo me quedo con ella' y me senté en el sillón de al lado, hacía mucho que no conversaba con mi yaya. 

y me mira sonriendo

-¿Qué haces, bonita?
-Aquí, contigo, yaya.
-¿Tú vives aquí?
-No, yo vivo en Madrid.
-Ah, en Madrid. ¡Qué lejos! ¿Y vas y vienes?
-No, yaya, estoy aquí estos días, por la Navidad.
-Ah, claro, claro. ¿Y ya te casaste? ¡Mira, el gato! ¿Es tuyo? ¿Es gato o gata?
-Es mía, sí. Es gata. No, no me he casado. 
-Gata, qué bonita. Ya te casarás. Pero ¿tienes novio?
-Sí, sí que tengo, yaya. 
-¿Y es bueno?
-Muy bueno.
-Eso es lo importante. Bueno y trabajador. Yo estaba casada. Pero no me acuerdo.
-¿No te acuerdas? ¿Te acuerdas de tu marido?
-No. Y me da rabia. Se murió hace mucho ya, yo creo.
-Yo me acuerdo, yaya. Se llamaba Pepe. Era mi yayo. 
-¿Tu yayo? ¿Que mi marido era tu yayo? ¿Y cómo es eso?
-Pues mira, tú estabas casada con Pepe. Que era muy bueno. Tu marido era un hombre muy bueno. Y tuvisteis dos hijas. ¿Te acuerdas?
-Sí, la Josefa y la Manolita. ¡Mira el gato! ¿Es gato o gata?
-Es gata. Eso es. Pues yo soy hija de la Manolita. Hija de tu hija. Tu nieta. Va...le...
-¡Valeria! Ya decía yo, ya decía yo. ¡Ay! Esos ojos que tienes.
-Los tuyos, yaya. Tus ojos tengo.
-Y mi marido, Pepe, ¿se murió hace mucho?
-Sí, hace trece años ya.
-¿Y yo estaba con él?
-Sí, yaya. Le estabas dando la mano.
-Menos mal. Me da rabia no acordarme.
-¿Tú te das cuenta de que no te acuerdas, yaya? ¿Cómo es eso?
-Claro que me doy cuenta, de que no me funciona la cabeza... las cosas que no me acuerdo, es que ya no están, no están donde yo sé que había cosas, es como...no sé...mira, qué bonito el gato ¿es gato o gata?
-Es gata, yaya. 
-Eso, gata. Pues eso. Que estoy muy vieja. No hago nada. Soy un estorbo.
-No lo eres, yaya. No eres tan vieja. Siempre vas a ser la Peque.
-Peque pequeña, esa soy yo.
-Porque eras la pequeña de los once hermanos.
-Siempre, la Peque.
-Sí, mi yaya Peque. 
-¿Y sigo siendo guapa?
-Muy guapa.
-No creo...
-¿Por qué? 
-Porque no lo he sido nunca ¡jajaja! Pasadera...pasadera, hija mía. Pero mira, un buen hombre me eché. Pepe se llamaba. 
-Sí, mi yayo Pepe.
-¿Era tu yayo?
-Sí, yaya. 
-Mira, qué bonita la gata. Es gata ¿no?
-Sí, yaya, es gata. 


navidades

no significan mucho para mí y además el año empieza cada día y empieza muchas veces a lo largo del año, no sé, pasa el tiempo de manera espiral, circular, sí, pero espiral, y las navidades no significan demasiado para mí. me gusta ver a mi gente, la que vive fuera y vuelve por estas fechas, eso sí. pero celebrar, lo que es celebrar, no celebro. pasé días en mi lugar natal. normalmente voy, como con mis padres y a veces me tomo un café con alguien y me vuelvo a madrid pero esta vez estuve unos cuantos días. de esas veces que te da tiempo a pasear y descubres que las tiendas y los bares que conocías ya no están. una leve melancolía. una de las tiendas de golosinas de referencia de mi barrio, convertida en un compro oro. tremendo. 

las navidades, cuando era pequeña. eso sí. molaban mucho más. muchos días de vacaciones. nos íbamos a la casita del bosque. lo mejor de las navidades era pasar días y días con mis amigas de allí. hablo de tener seis, ocho, diez años. lo que más recuerdo son las patatas asadas en las brasas de la chimenea, los gatos durmiendo al calorcito en los sofás (yo los colaba. por la noche me obligaban a sacarlos al garaje. me daba mucha pena. se quedaban en el felpudo de la puerta y yo en la mirilla.) y patinar en el hielo de los charcos. sobre todo eso: patinar en el hielo de los charcos. había charcos enormes en los caminos. íbamos por la mañana, antes de que los todoterreno nos los destrozaran. el hielo liso, la profundidad del charco incierta. con botas de agua llevabas la seguridad de no calarte si rompías la capa de hielo. pero eran más pesadas y no resbalaban bien. con las deportivas te podías calar de agua helada hasta la pantorrilla. pero eran ligeras. y patinaban de lujo. y patinábamos en el hielo de los charcos, sí, en el hielo de los charcos. arriesgando. tanteando cuándo se iba a quebrar. algunas veces, caladas hasta la pantorrilla de agua helada y sucia. por arriesgar demasiado. y era lo mejor.