domingo, 16 de febrero de 2014

corazonadas

estaba comiendo con mis padres y en un momento dado comentaban que los vecinos de en frente cambiaron de coche aunque no lo necesitaban, el otro estaba bien, y resulta que el que compraron ha tenido una avería importante y ahora no tienen dinero para arreglarlo. -bueno, se ve que siempre se lo han montado un poco mal, digo yo. porque por lo visto nunca se acabaron de asentar, y además hace tiempo el marido dejó su trabajo por pura pereza, le daba pereza ir a currar, pensó 'bueno descansaré unos meses y luego encontraré otro curro', pero luego no fue tan fácil encontrarlo, y les comieron las deudas, y aún así cambiaban de coche año sí año no, no sé; gente que se organiza mal y bueno, el caso es que va y dice mi padre:

-...fíjate que a veces me acuerdo de cuando compraron la parcela y se cargaron el níspero, y decías que les iba a dar mala suerte. 

-Ya...yo también me acuerdo. (en el fondo siempre les he considerado un poco malditos por lo del níspero. siempre pensé como que la tierra no les iba a aceptar después de eso. no: eso no es un pensamiento. es un sentimiento y me viene de las tripas. yo sentí que la tierra nunca les iba a aceptar. por lo el níspero) Es que a quién se le ocurre talar un níspero, papá.