domingo, 5 de octubre de 2014

TFM-MFT

La mañana de la defensa de tu Trabajo de Final de Máster. La mañana de nervios.
La corbata de calaveritas que estaba en mi casa y que tenía que llevarte sí o sí. Creo que en total llevabas más prendas rituales que una novia.
Los meses leyendo, releyendo, investigando, escribiendo, borrando, reescribiendo, defendidos en quince minutos frente a un tribunal de gente muy catedrática.
Ahora te arrepientes de no haberlo grabado, pero diez minutos antes no lo hubieras permitido. Qué nervios.Y ya no se parecerá mucho a lo que fue, pero lo escribo. Porque a ti te da vergüenza contar que tres eminencias te dijeron que tu trabajo es la polla en prosa y que tú eres la polla en verso. Que frente a otros trabajos bien hechos y bien defendidos a los que sacaron como poco media docena de peros, el tuyo fue declarado la Inmaculada Investigación por unanimidad. Que te dijeron que era magnífico, excelente, con unas bases teóricas solidísimas que se notan en cada linea, además de bien, pero bien escrito. Que tienes enfilado el doctorado y la tesis. Que ojalá algunos autores estuvieran a la altura de sus críticos, de sus estudiosos, te dijeron.

Y eso que sólo has presentado una mitad del trabajo, la oficial. La extraoficial está reservada para los Maestros, que Fueron Todos los que están en él.

(Que de la ceniza del cigarro al que te invité hace tres años nacieron mariposas. A veces una bate las alas en tu salón y desata huracanes en las sábanas.)

Y dos cervezas, una ración de chopitos y tres whiskys de celebración más tarde. Sin terminar de creerte que esta vez los has engañado a todos. A un tribunal desconocido de gente muy lista que te va a poner una nota sobresaliente sin saber que al final y al fondo, te sientes más impostor que nunca.
Menos conmigo. Sabes que yo lo sé y que no me importa.

Porque yo no tengo eso que tú tienes, perra. Yo miro el mundo y no veo nada nuevo. Tú sí...es lo mejor que tienes y lo que no puedes dejar que te aplasten: tu forma de mirar. Tu jodido entusiasmo de niña pequeña.

(A veces. Pero otras, lo mejor que tengo es la forma en que me miras tú)