martes, 30 de diciembre de 2014

todo lo que nunca fui (o lo que siempre he sido sin saberlo) - (de la canción 'Pipas' de Hovik)

pensé que me cansaría pronto pero un año después llevo la melena más morada que nunca y no me apetece volver a mi color. tal vez para cuando vuelva ya será blanco, y podré ponerme los colores sin tener que decolorar, qué gozada. el otro día me asaltó el pensamiento de que en algún momento me saldrán canas en las cejas, y eso sí que no sé cómo lo voy a manejar. nunca me he teñido las cejas. son más oscuras que el castaño de mi melena, de toda la vida, y me gustan así.
claramente he heredado el tipo de cabello de mi padre (indomable, espeso, lo que se llama 'una buena mata') y la forma de las cejas de mi madre. mi madre no tiene una sola cana en las cejas a sus sesenta y tres años. y me pregunto si en el bingo genético me podría hacer línea eso, unas cejas oscuras de por vida sobre mis ojos grandes como los suyos, la forma de la nariz y la mala dentadura, o si lo hará la fibromialgia, la fatiga crónica, la osteoporosis, las varices o las hernias cervicales. algo hará línea.

pensé que algunos flanes saldrían mejor de lo que han salido y como me encanta que los flanes salgan bien estoy dispuesta a variar la receta. estoy dispuesta a aprender de mis errores. es de lo que más aprendo. pero esto no es nuevo. lo nuevo es: no estoy dispuesta a renunciar a mis aciertos.
mis putos aciertos. ya está bien. allá donde estén, los voy a proteger, los voy defender, y los voy a sacar adelante.

y la barra se ha convertido en mi respuesta a casi todo.