martes, 20 de enero de 2015

irreconocible

fui a ver a mi perro, casi cinco años después. es lo que tiene haber perdido la relación con el dueño durante tanto tiempo.

el caso es que quedamos, y fui a ver a mi perro y mi perro no me conoció. es inevitable haber visto vídeos de perros cuando sus dueños vuelven de la guerra o de largas ausencias. se supone que los perros recuerdan. se supone que el perro de Ulises le reconoció. y han pasado cinco años, pero habíamos pasado tres años juntos. durmió en mis piernas todo el trayecto Zaragoza-Guadalajara cuando lo adoptamos de cachorro. vivimos en la misma casa casi tres años. y cuando su dueño y yo nos separamos iba a verle, casi durante un año más. ese perro me adoraba, y yo a él. me buscaba cuando quería mimos. me buscaba si le caía alguna bronca. yo era lo más parecido al rol materno.

y no me conoció.

y lo que me pregunto es:

¿no me conoció o no soy la misma?

¿he cambiado tanto? ¿mi perro tiene mala memoria? ¿he fracasado como humana? ¿a qué clase de humano olvidaría su perro?

¿puede ser recuerde a la que yo era y no me reconoce en la de ahora, pero me sigue recordando? o, ¿en qué momento me olvidó? ¿cuándo fue demasiado tarde?

me cuesta pensar que me ha olvidado. prefiero pensar que no me reconoce. son cosas muy diferentes.

y tal vez soy tan distinta de la de entonces, que puede que ella ya no exista.

y a lo mejor el perro lleva razón.