sábado, 18 de febrero de 2012

romanizada

vuelvo de pasar unos días en la ciudad que ahora entiendo que llamen eterna.
fui directa a poner nieve a los pies de Giordano Bruno

como se puede observar había chuzos con más puntas que la estrella del alba

me reencontré con mi amado, Eurípides Maromus Máximus

me tomé un café en San Eustaquio

la belleza me fue llevando a bandazos. una parte de mí se quedó aquí dentro, en un pliegue del manto de la sibila Delphica

le di un besazo al creador de tal maravilla. creo que le gustó. mira qué carita pone.

lobitas capitolinas

el Jardin de los Naranjos, lleno de naranjas y nevado

con vistas a San Pedro, a Roma en general, al Tíber

en un entorno tan idílico,  qué menos que agarrarme este maromo que pasaba por allí. era italiano, lo podéis ver por el gesto de la mano

pero al final fue él quien me ligó a mí. a leerme Oda a un Ruiseñor delante de la tumba de Keats, ni  más ni menos, que me llevó el maromo ¿quién podría resistirse?

te mandaré una postal le dije*.


*zoccolette, en romano: guarrilla, putilla, o ratilla, en un ambiguo significado similar a zorrilla y putilla en castellano.