lunes, 30 de diciembre de 2013

vacaciones (II) semipermanentes. reescribirme.


y me fui

y hasta los madroños eran más rojos

estreno de año en agenda holandesa. no puede ir mal.

"somos libres, gata"

es la habitación donde crecí, gata

(de día - diestra) calibro mi melena. hoy me despido de ella.
el anterior punto y aparte fue cuanto me rapé.
han pasado cuatro años y medio y 

(de noche - siniestra)  muchos mechones me llegan hasta la cintura.
 ya no necesito raparme.
no tengo que destruir todo lo anterior.
rincones de mi habitación.
me enamoré de esta foto por los tatuajes.
golondrinas, flores alrededor de los pezones,
mariposas.
las hadas. las hadas tienen historia

próxima parada: colores, o
"sobre la aburrida discreción que la naturaleza
otorgó a los tonos de cabello humano, en
nada comparables a las plumas de los pájaros
o a  las alas de las mariposas o a las flores"

el gustazo de poder cumplir mis palabras.
y aderezarlas con vaho, humo y cava.
(no reivindico nada.
es un acto de amor.)



lunes, 23 de diciembre de 2013

cuenta atrás - pronto hará bastante frío como para hacer hogueras



mañana terminan gran parte de mis rutinas tal y como las conocía estos casi tres últimos años.
último madrugón. currar de mañana, despedirme de la gente, dejar mi tarjeta de acceso a las chicas de seguridad.

y llegar a casa y decirle a la gata 'gata, somos libres'. luego nos vamos, gata y yo, una semanita larga a desconectar y resetear. la gente lo llama navidad en familia, yo lo llamo vacaciones paganas de momento, ya vendrá el tres de enero y su cola en el INEM. ahora es el comienzo de un cambio. se supone que todo está mal y todo es muy difícil ahora y que es una putada, pero tengo tantas ganas de hacer cosas, otras cosas. 

y mañana cambia todo. 

he estrenado la agenda para 2014. me la compré en Holanda, en un pueblecito de Friesland. está en holandés, por supuesto. cuando la compré aún no sabía que me despedirían. la compré pensando en no tener que llenarla con este trabajo. una agenda más, no. ya tengo varias, varias gastadas allí. y al final ha sido así. y no sé con qué nuevas y emocionantes aventuras la voy a llenar. es un misterio.

es mañana, me levanto dentro de seis horas y poco, y es mi último día. imagínate: hasta he comprado caramelitos. no hay más: contenta llegué y contenta me voy.


hago la maleta, deshago media maleta, hago la maleta, escucho este disco mientras tanto. hago una pausa. fumo. estreno la parte de notas de mi preciosa agenda. escribo planes, metas, objetivos y proyectos para el 2014. me salen 37. me parece perfecto. 



Circo del Sol



(por fin fui, después de años y años de youtube.
les conocía hasta las caras.
humanos tan bellos
que no parecen humanos)


viernes, 20 de diciembre de 2013

cuenta atrás (III)

paso mi último viernes aquí buscando fotos de melenas de colores y tintes estridentes. año nuevo, vida nueva, melena nueva.

necesito tener la melena de colores. los tengo dentro luchando por salir.

                                           

(y adoro a Chloé Norgaard)
















jueves, 19 de diciembre de 2013

cuenta atrás (II)

tres días y medio más. las tres horas que faltan hoy, las seis horas de mañana, las del lunes y las del martes. y después se acabó este trabajo para mí. no más puto uniforme no más ver pasar la vida desde esta recepción desde la que no se ve la luz del sol. que conste que no es nada personal, no es un problema específico de esta recepción: arriba, los que trabajan en el departamento no están mejor. supongo que ellos creerán que sí, porque tienen un sueldo más alto y más responsabilidades y a algunos su trabajo les llena, es el trabajo que querían hacer, el trabajo al que aspiraban. están aquí de sol a sol aunque lo del sol es un decir porque no lo ven. 


arriba, en el departamento de innovación de este edificio tan cojonudo y tan inteligente y de diseño tan ultramoderno que el arquitecto se llevó algún tipo de palmadita oficial en la espalda, no hay ventanas que puedan abrirse para renovar el aire y no hay cristales transparentes, sólo tintados. no se aprecia si hace sol o está nublado. no se puede ventilar de la manera más simple, porque las ventanas no están diseñadas para abrirse. hace falta un sistema de ventilación artificial. lo mismo pasa en cada sala de reuniones, lo mismo pasa en la sala de conferencias, donde caben setenta personas. reunión tras reunión, respiran sobre aire ya respirado, viciado, contaminado. cuando alguien enferma enferman todos. 


y está el hecho objetivo: los que trabajan arriba aparentan más edad de la que tienen. casi nadie aparenta la edad que tiene y nadie parece más joven. todos los que llevan unos años arriba, envejecen más rápido de lo normal. no puede ser buena señal. 

los edificios en este complejo empresarial tienen paredes de cristal trucado. los de dentro apenas ven lo que hay fuera, pero los de fuera ven lo que hay dentro. esto, en edificios de muchas plantas, siempre me ha dado la sensación de granja humana. gallinas ponedoras en jaulas. humanos ponedores en jaulas. humanos productivos, eficaces, obedientes y agradecidos. 

ya me lo han dicho un par de veces: tienes suerte de que te despidan, eso ahora es un lujo. cualquier hijo de puta puede declararse en suspensión de pagos y hacerte trabajar gratis hasta que te pudras o te canses y te vayas tú sin paro ni nada que se le parezca. 

la otra mañana fui a tomar un café, estaba bastante resfriada y al primer sorbo me dio un ataque de tos. la reacción instintiva de la mujer que estaba justo a mi lado, que era poco más mayor que yo y que estaba desayunando con una compañera, fue poner a salvo de mis esputos su cartera de Marc Jacobs que probablemente cuesta más que mi indemnización por despido. y volví a contar las horas que me quedan de estar aquí. 

me acuerdo de un flemón bastante salvaje que me salió el año pasado. era fin de semana y no podía soportar el dolor hasta el lunes. probé todo tipo de remedios caseros, que hicieron efecto: el efecto de acelerar el proceso. en dos días tenía un flemón que aparentaba una semana. no podía soportar el dolor y me armé de valor y me lo exploté yo misma. recuerdo el dolor insoportable y recuerdo pensar que era imposible que toda esa mierda estuviera ahí dentro y sobre todo recuerdo la infinita satisfacción de después, ese profundo descanso y dormir sin que me despertara el dolor. me sentí muy orgullosa de mí misma por haber sido valiente (qué bestia, dijo el dentista) (pero has hecho bien, añadió) 
y ya ves, es un recuerdo tonto que me viene a la cabeza estos días. tres y medio.

(esta vez tengo que aguantar hasta el lunes. incluso hasta el martes. pero no me importa.) 



lunes, 16 de diciembre de 2013

¿no os pasa?

a veces me dicen que he dicho o hecho incluso hay fotos de momentos que no recuerdo en absoluto.

y otras veces me acuerdo perfectamente

(con todo detalle,

con los colores,

los olores

las palabras y las sensaciones)

de cosas que no sucedieron.



miércoles, 11 de diciembre de 2013

cuenta atrás

y ahora ¿qué vas a hacer? ¿qué planes tienes?
dices mientras clavas tu pupila en mi uniforme azul

contar los días laborables que faltan para irme de aquí (nueve cuando salga por la puerta hoy)
orgasmarme a todas horas sólo de pensar en no ponerme este uniforme nunca más en no volver a trabajar para el Mal en no hacer este trayecto de una hora de ida y una hora de vuelta en metro con ese transbordo en tres olivos diseñado por algún psicópata hijo de puta.
pesar unos cinco kilos menos cada día que pasa.
pasarme todo enero de la cama a la barra, de la barra a la bañera, de la bañera a la cama y vuelta a empezar.
entrenar. sacar más y muchas más fuerzas de esta flaqueza. llenar el salón de mariposas y de criaturas y de rarezas.
girar sobre mí misma sin parar sin parar sin parar. volar.
volar.
contar mis moratones. hacerme más. 
vestir como una perra del infierno. teñirme el pelo de morado, tatuarme más, raparme un lado. 
sacar brillo a verbos viejos
emborracharme. comer sushi. follar. fumar. dormir. leer. escribir. 
estrenar los que están por venir. 

(¿qué planes tengo? ¿y tú me lo preguntas? di, ¿qué planes tienes tú?)

que siga la música





me llegan canciones. me las descubren.

estoy llena de música y algunas canciones las escucho una y otra vez, como Deus ex machina de Reddie Razorblade y Niña Marmota.

por el camino se me ocurre que conozco a quien me ha descubierto esta canción (alguien que se merece una entrada aparte) gracias a que un buen día llegó hasta este blog y me escribió. así que si no fuera por este blog yo no conocería esta canción.

a veces cosas diminutas cobran sentido.

últimamente cobran sentido tantas cosas diminutas que me están haciendo un algo grande.

que siga la música sí
que siga la música
que siga

viernes, 6 de diciembre de 2013

movimiento perpetuo


anoche ya estaba en la cama entre sábanas de franela
la luz apagada a punto de dormir y tuve que atrapar
este pensamiento
porque sabía que por la mañana no lo iba a recordar


mi pensamiento no es muy musical, eso es así,
a veces la necesito pero en general mi casa suele estar en silencio
 desde que empecé a hacer barra,
cada vez más pienso en música y con música
la necesito más
la música unida al movimiento.
que no hubiera escrito eso hace unos meses.

eso fue anoche, esta mañana
tenía un mensaje de una amiga que me mandaba esta canción

gracias, kobita.

jueves, 5 de diciembre de 2013

he puesto nombre a cierto sector humano que me irrita pero que no conseguía unificar en una palabra:

los ultracoherentes.

una cosa es ser coherente, pero ser ultracoherente es aburrido y hasta peligroso.
y bueno,

me irrita.

contradecirse un poco es sano. hay que llevarse la contraria a uno mismo de vez en cuando.


al profundizar en google maps se pueden descubrir cosas curiosas

todavía está el cartel de 'se vende' en la ventana que ya es mi casa
y hay bandejas con comida para los gatos callejeros

(juraría que veo uno entre los arbustos)

junto al portal de la casa donde viví antes. 

martes, 3 de diciembre de 2013

no necesitas una voz dentro de tu cabeza que te diga 'tú no puedes'

cuando ya la tienes al teléfono.

-tú no puedes hacer eso
tú no sabes hacer eso
tú cómo vas a hacer eso
si no tienes dinero
si no tienes ni idea
¿eso? eso no vale para nada
tú te crees que todo es muy fácil.

-y tú te crees que todo es muy difícil,
tú te crees que todo es imposible,
y eso es peor.
y yo te entiendo,
hago un esfuerzo y te entiendo,
vale,
pero pienso de otra manera
no puedo hacerte caso
no voy a hacerte caso
porque pienso que puedo,
que sé,
y que si no sé
aprenderé,
que lo del dinero es relativo,
y que eso, lo que sea, todo,
vale para algo,

madre.


martes, 19 de noviembre de 2013

no soy la bloguera de moda

imagínate: tienes uno de los blogs más selectos del mundo (por menos leídos) y de pronto un día, sin explicación, vas y multiplicas la media de visitas por cuatro. piensas, oh yeah, sea lo que sea. entonces reparas en que la búsqueda estrella en google para llegar hasta él ha sido 'Valeria blog' y compruebas esa búsqueda para ver qué pasa. entonces descubres que una bloguera llamada Valeria, que escribe sobre moda en una revista femenina ha salido enseñando las lolas en la portada de una revista. y lo entiendes todo.

y piensas, qué guapo: tres años escribiendo aquí, para que me lleguen las visitas colaterales de los que buscan el blog de moda (o las lolas) de la bloguera de moda. 

y es como: oh venga, no me jodáis, por favor
tengo una selecta reputación que mantener. 

¡hola! me llamo Valeria y no soy la bloguera de moda. 
de todas formas, vuelve cuando quieras,
puede que cualquier día me dé por enseñar las lolitas. 
hasta entonces:








nuevemesina

ya llevo nueve meses haciendo pole dance.
las mujeres de mi edad, en nueve meses dan a luz bebés. yo estoy pariendo mariposas, escorpionas que se convierten en géminis que se convierten otra vez en escorpionas, murciélagos y garabatos.
es un no parar y sólo va a más. así que me he comprado una barra, pero como en mi casa no cabe, he tenido que negociarlo con Hor. ha accedido. y esto acerca mucho la realidad a mis sueños. soy muy afortunada, porque no muchos hombres estarían dispuestos a que instales una barra en su salón para que vayas a bailar y a volar medio desnuda.

mientras existan canciones como esta.



llenaré tu salón de mariposas.

jueves, 14 de noviembre de 2013

me contaron una historia de amor

por aquel llamamiento que hice hace un par de meses.

y me ha encantado.

¿sabes? se me ocurren un montón de adjetivos, y todos buenos, para quien está convencido de que va a perder la partida

y aún así juega. 

(incluso: por eso juega)


¿y si resulta que es que sí? 

si tropiezas sin caer avanzas dos pasos

un óptimo aprovechamiento de la euforia para avanzar
y compensar el relajo que traerá la bajonera. cuando vuelva.
leo mucho sobre autónomos, sociedades limitadas, régimen fiscal, impuestos, dominios, hosting, planes de viabilidad de proyecto, lleno cuadernos con ideas tengo muchas (y al final es como no tener ninguna)
pero las tengo
y me voy centrando. 
poco a poco.
son días convulsos aquí dentro
mientras me ordeno.
pero sucede:
me estoy ordenando. 

martes, 12 de noviembre de 2013

nocturnidades (II)

como haberme tragado un enjambre en un día de viento

nocturnidades

en realidad mi jornada a tiempo completo es la batalla dentro de mí.
un eterno coñazo. como docenas de nudos en las entrañas que intento deshacer mientras otros vuelven a enredarse. 
ya llevo más de medio año en esta casa nueva. aún no hay nada en las paredes más que el cuadro que colgué el primer día. podría llamarse 'cabra con rosa en la boca' pero yo lo titulé 'el amor'. lo pintó Marcelo cuando estábamos juntos, hace años. no le gustó cómo quedó. iba a pintar cualquier otra cosa encima pero yo lo defendí y me lo quedé. y me encanta ese cuadro, no me canso de mirarlo. y no es más que una cabra con una rosa en la boca, pero para mí es el amor. 
y por lo demás, las paredes siguen intactas. resulta que me gusta mirarlas. tan perfectas, impolutas, prometedoras. podría poner cualquier cosa pero una vez que ponga algo estará ese algo y luego no podré parar y lo llenaré todo. me conozco. 
llevo más de medio año en esta casa y hago la cama todos los días y no tengo ropa tirada por ahí y paso el aspirador y me gusta verlo todo limpio, ordenado, e intento ordenar mi cabeza 
y le susurro a la gata antes de irme al trabajo 
'vamos a ser libres, gata'
y hay movimientos extraños y rumores y algo pasará en el trabajo seré yo, seremos más, seremos todas, a quién van a despedir, cuándo, o será que no, pero y si es que sí qué haremos, tú que harás
pues tenía hecha una lista,
yo iba a comerme el mundo, allá por mayo 
y luego nos dejaron aquí 
y dije bueno puedo esperar un poco más,
y ahora no sé, he retomado la lista de cosas 
y algunas sobran y hay otras nuevas y me pregunto
si esta vez ya
si esta vez ya sí
y practico buenos hábitos y disciplina
hago la cama y mi casa está ordenada
y así intento, por conductismo puro y duro,
intento que mi cabeza esté ordenada
los pasos a seguir
las cosas que hacer
y hasta hago cuentas
y practico las cosas del hemisferio izquierdo
algo me dice que voy a necesitar
los dos hemisferios para sobrevivir



lunes, 4 de noviembre de 2013

la gata que no lamía a los humanos


mi gata es así: pasa horas lamiéndose, pero a mí no. a mí, nunca.
ni a mí ni a nadie. 
a veces hace un amago, creo que de manera automática,
igual que un gato que se lame cerca de otro gato termina lamiendo al compañero.
entonces puaj, puaj, recuerda que no tengo pelo y para.
no dura ni dos lametones.
siempre he pensado que le da como asquito lamer piel sin pelo,
y lo entiendo.
yo me imagino que le debe parecer como lamer un pollo desplumado. 
a otros gatos no les pasa, les encanta lamer humanos.

tampoco es una gata muy efusiva. 
cariñosa sí, pero no efusiva.
hay que mimarla cuando quiere, pero no le gusta nada que la soben porque sí.
el sobeteo gratuito siempre acaba en mordisco.
tampoco maúlla casi nunca. sólo cuando hay algo que contar.
es preciosa, blanquinegra y con un aire dramático 
cual actriz de cine mudo.
no creo que haga falta aclarar que la adoro y que la echo mucho de menos cuando viajo.
después de nueve días sin verla, al cuidado de mis amigas y vecinas que han ido a cuidarla a diario,
aparecí una noche.
esa noche maulló mucho, me contó muchas cosas, 
puso el ronroneo turbo (quien lo escuchó lo sabe)
que mantuvo tres noches y tres días
(creo que se quedó ronrofónica)
y esa noche que volví, 
primero se metió conmigo dentro de la cama, 
(lo hace muy rara vez)
sin parar de hacer
RUNRUNRUNRUNRUNRUNRUN
al ratito se instaló en la almohada, junto a mi cabeza
(le puse una chaqueta sobre la almohada,
porque pocas cosas le gustan más
que dormir sobre mis chaquetas)
y al fin nos dormimos.

ella suele dormir lo mismo que yo,
nunca me despierta porque se aburra, ni para pedir comida ni para nada.
nunca me despierta aposta
pero esa mañana
me despertó lamiéndome.
ella que no soporta lamer piel desnuda,
piel sin pelo,
encontró la manera
y en un acto de mucho amor
y de cosquillitas
me lamió despacito y suave,
las cejas 
y las pestañas. 

la vuelta

despertador a las seis de la mañana,
una hora de metro,
el puto uniforme
el PUTO UNIFORME
y turno doble:
doce horas aquí.
la jaula donde se me ve
tan pulcra
tan domesticada.

al menos
al menos
al menos
he descubierto las fotos de Ahn Jun.



yo también me siento en el borde del abismo


domingo, 3 de noviembre de 2013

amsterdam

creo
que me he enamorado de Amsterdam

nuestra guarida.
we are Spaniards. we bring the sun
la hamaca. la madera. cocina de inducción. humo en la ventana. 
música de barcos que cruzan el canal. Cortázar en holandés.
estuvimos allí dinsdag, woensdag, donderdag, vrijdag, zaterdag, zondag y parte del maandag.

son muy hospitalarios los holandeses. nos montaron esta feria al llegar.
esta es la plaza Dam vista desde la noria. 

haring, 
o
amor al primer bocado.
arenque marinado, pepinillo dulce y cebolla cruda.
oh
dios
mío

monumento a las beguinas en begijnhof (jardín de las beguinas)

Café Chaos. oh sí, nenes. comida hecha con amor, amor, amor.
tolerancia es que digas que no comes carne y te hagan un
maravilloso bocadillo con salmón ahumado 



el cartel de los baños del Café Chaos. 
cómo es que aquí todo todo todo es bonito



te beso

dar de comer a las palomas aquí es otro nivel.


patos de pico blanco en Vondel Park.
los animales también eran adorables.
qué país.

escaparates de Amsterdam

escaparates de Amsterdam (II)

Kat-edralen (Oude Kerk)
Saskia. gata bonita que jugaba
entre las tumbas de la iglesia.
tan linda.

Kattenkabinet, museo de los gatos.
probablemente, uno de los museos más entrañables del mundo

el ángulo perfecto de estas verjas en el barrio rojo

que de mayor quiero ser holandesa 

Amsterdam se enfadó mucho cuando nos fuimos.
era como si fuera el día del fin del mundo.

pero volveremos, preciosa, volveremos...


viernes, 18 de octubre de 2013

vacaciones

 o 'este tremendo gustito de quitarme el (puto) uniforme durante un par de semanas'


este precioso dibujo es de Miguel R. Gámez,
lo encontré en su blog, IdearioDiario.

(ah, sí. el día que me lo quite para siempre. ese día será un Infinito Gustito. no sé qué haré. me iré follando al mundo, a la vida. a lo mejor colgaré una foto en pelotas por amor. sin reivindicar nada. oh sí.) 

jueves, 17 de octubre de 2013

y a ratos pienso que tal vez es eso, tal vez debería quemar unos cuantos años, destruirme destruirlo y no volver a mirar atrás

(empecé a escribirme con diez años y una vez quemé todo lo que escribí entre los diez y los trece y la verdad es que no me eché de menos)

sigo sin saber escribir

sólo sé escribirme.
no escribo. me escribo.

para entender,
para que mi yo futuro entienda.

cada cierto tiempo no sé, 
cada par de años o así 
releo algún diario o todos
y siempre entiendo cosas nuevas,
y no sólo sobre mí
y sobre lo cansina que puedo llegar a ser,
también sobre lo que me obsesiona y no consigo entender,
y que comprendo después, años después, al releer.
y tarde, pero lo acabo comprendiendo.

acabo por saber. 
todo lo que no quieres o no puedes ver en el presente
está tan claro después que sirve para aprender
es como poder rebobinar
lo que no sé muy bien es cómo puede conocerse
la gente que no se escribe.

supongo que por eso no escribo.
no tengo imaginación, 
no sé inventarme una historia y sentarme y escribirla y buscar un editor
y publicarla y promocionarla y venderla.
ni siquiera sin inventarme la historia: no sé sentarme y agrupar textos
y decidir cuáles y darle coherencia y buscar un editor y publicarlos
y promocionarlos y venderlos.
no sé hacerlo, cada vez que intento agrupar textos
me dan muchas ganas de quemarlo todo.

me escribo, me leo, me releo, me reescribo.
así una y otra vez, sin más. 

martes, 15 de octubre de 2013

regalo de otoño

y me da muchísima rabia estar perdiéndome la proyección de esta enooorme película en los cines Callao, en estos mismos momentos. 
al principio la anunciaban para ayer, que hubiera podido ir. pero finalmente ha sido hoy, que no puedo. 

en fin: todos somos contigentes, pero José Luis Cuerda es necesario. 

me la sé de memoria desde antes de entenderla. en mi familia es verdadera devoción lo que hay por Amanece, que no es poco

esta vez no ha podido ser, aunque me hacía mucha ilusión ir a verla en el cine. me consuelo con el guión original, (que no es poco) que acaba de publicar la editorial Pepitas de Calabaza y que es un grandioso regalo de otoño. la risa combate el frío.



"no se me olvida que en los momentos más duros, en las resacas más salvajes y en las gripes más potentes, tu humor absurdo aplacaba mi mala gana y alumbraba mi camino. tú, que podrías haber elegido la estantería de un rico o de un poderoso, has elegido mi humilde hogar y el de mi gata para dar ejemplo al mundo. Amanece, yo te llevo en el corazón"

extracto (IX)

en mi diario de 2007 he encontrado una lista de "cosas que debo hacer antes de morir".
de dieciocho cosas he hecho once, parece que se me está dando bastante bien. hay tres que ya no me parecen prioridad y las cambiaría por otras.
desde luego voy a ampliarla, no quiero cumplirlo todo y morirme demasiado pronto.

extracto (VIII)

"Tiene bastante gracia: el personaje de Jude Law en Cold Mountain no se tira a Natalie Portman en el papel de viuda-joven-madre-sola porque "ama a Nicole Kidman" que le espera en las montañas compungida, aunque nunca se hubiera enterado de nada. En la vida real, se follaba a la niñera de sus hijos, que se forró contándolo todo y al final Sienna Miller le perdonó. Esto es así: el de Cold Mountain no existe. Jude Law se follaba a la niñera y eso es un hecho. Me sé todos los cuentos, y ya nadie se muere de amor, y nadie se corta un pelo, joder. 
No sé qué seré capaz de hacer dentro de unas cuantas decepciones." 


veinteañera bastante más práctica que la quinceañera teórica (2006) 

extracto (VII)


quinceañera y apasionada teórica del amor (1999)

lunes, 14 de octubre de 2013

extracto (VI)

"Anoche soñé que me abrazaba.
A veces creo que mis sueños se burlan de mi vida."

(2002)

extracto (V)

"...pero ese chico no existe.
Y yo sólo me enamoro de fantasmas."

(2002)

extracto (IV)

"Espero que esto no lo lean mis hijas, que no tendré, pero si eres mi hija y lo estás leyendo, espero no parecerte muy gilipollas, es que estoy en la edad del pavo."

(1999)

extracto (III)

"Anoche, muy tarde, estaban en el parque que hay debajo de mi casa, sentados en un lateral donde no les veía pero les oía y estaba segura de que eran ellos. Cuando escuché que se levantaban para irse, me asomé de refilón para que no me vieran. Sí que eran ellos. Y él miró hacia mi ventana."

(1999)

extracto (II)

"La amistad es muy injusta con el amor.
La amistad es una puta."

                                                     (1999)

extracto (I)

de mi diario del año 99 (quince años)

"Pienso en que acaben juntos y es como si tuviera gusanos dentro de los huesos."

(lo escribí el mismo día que él la pidió salir. yo aún no lo sabía.)


a lo bueno tampoco me acostumbro

tengo una ristra de defectos
pero ésa creo que es una virtud

domingo, 13 de octubre de 2013

largo déjà vu

ir como invitada a la casa en la que viví tantos años.
cosas que cambian y cosas que siguen igual, como las dejé.
como ver a una amiga con un corte de pelo nuevo.

ese espacio, que tiene mi sangre mi sudor mis lágrimas,
ecos de mí, de tanta gente con la que he viví allí
ya es espacio convertido en tiempo.

lunes, 7 de octubre de 2013

Angélica Liddell - 'Todo el cielo sobre la Tierra (el síndrome de Wendy)'

el sábado vi 'Todo el cielo sobre la Tierra (el síndrome de Wendy)' de Angélica Liddell 

y lo que voy a decir es:

¿de qué cojones va la gente? ¿de qué se ríe el público en un momento dramático? no es un monólogo cómico. ¿será posible que ella esté diciendo que no soporta estar entre gente que no se entera de nada y que la gente NO SE ESTÉ ENTERANDO DE NADA?

no lo sé. la obra es perturbadora. la puesta en escena era tan onírica que tenía la sensación de estar dentro de sus pesadillas.

a ratos, las pesadillas dejaban paso a sueños brillantes, como la pareja de baile china que bailaba vals. 

pero en medio del soliloquio más dramático, entre aullidos de dolor y de rabia ¿de qué cojones se ríe la gente como si fuera gracioso? ¿será que no entienden nada nada nada nada? y pensaba cómo es posible y pensaba joder, si es que lleva razón. lleva toda la razón sobre la gente, al menos sobre la gente que está aquí ahora y se ríe. entonces ¿por qué vienen? ¿ha dado la casualidad de que justo aquí hay una alta concentración de gilipollas? una manada cuyas inquietudes estéticas caben en página y media de cualquier revista de tendencias. qué angustia. y ya está: no podía entenderlo.

(all you need is love, sonaba, pero en mi cabeza que ya no cree que se pueda estar bien, lo que se dice  bien, sin volar unas cuantas horas a la semana, decía: all you need is pole, pole is all you need. te parecerá una estupidez como otra cualquiera pero, si pudiera, te mandaría una barra de acero cromado de 45 mm, con lazo y sin remite.

con una foto de kate moss. y el eco de pintalabios de un beso)





viernes, 4 de octubre de 2013

7 días...

...sin escribir aquí, es que han tardado un poco en instalarme internet en casa. pero ya está. 

volveré a coger el ritmo.

de momento me he dedicado a leer de manera casi compulsiva. por leer, hasta me he releído mis diarios desde los 15 años, aunque paré a los veintidós, porque me daba miedo seguir y seguir y llegar al punto en el que estoy y que se colapsara el espacio-tiempo (o como dijo Hor, que aparecieran de pronto un montón de Valerias) 

un día fui a un típico bazar porque buscaba una aceitera. no la encontré, pero por casualidad vi unos ovillos alucinantes, no eran de lana, eran como de tela fina. en principio no hice caso, pero se me quedaron grabados en el cerebro y ya no pude parar hasta averiguar qué eran y cómo se llamaban y para qué servían. resulta que el material se llama 'trapillo', se hace con restos de telas industriales o te lo puedes hacer con ropa vieja, y sirve para hacer de TODO y quiero aprender necesito aprender voy a aprender. (por favor, diosa, no me mandes más vicios si no me mandas alguna forma de subvencionarlos!!)

desenterrando capas muy profundas del intelecto recordé que yo una vez aprendí a hacer punto. el más sencillo, pero algo es algo. bueno, yo no aprendí: me enseñó mi madre, con más esfuerzo que paciencia porque, oh, resulta que no es fácil enseñar a hacer punto a una niña zurda. es más bien jodido. esto es una torpeza extra en una estirpe de mujeres extremadamente hábiles para coser, bordar, tejer, hacer ganchillo y todo lo que uno se imagine que se puede hacer con hilo, lana y tela. mi yaya hacía chaquetas, jerseys y patucos para todos; mi tía también, y hacía verdaderas preciosidades. mi madre sabe coser cualquier cosa. y la niña salió zurda y no había quien la enseñara. 

total, que volví a la tienda y me compré tres ovillos y unas agujas de tejer. y en mi casa sin internet, como no podía buscar tutoriales, me dediqué a repasar la técnica milenaria de las trenzas. trenzas de tres, de cuatro, de cinco y de seis. y también comprobé que no se me había olvidado el punto básico. tremendo. 

a todo esto, esta mañana me han puesto internet y ahora hay que ver si esa necesidad imperiosa de tejer no estaba intentando suplir el síndrome de abstinencia de teclear. hacer algo repetitivo con las manos. relaja. mola. y en eso estoy. 

total, que ya vuelvo. en estos días volveré a mi ritmo normal de publicaciones, sea lo que sea eso de 'normal'.

os dejo una frase encontrada en el diario de mis veinte años (2004). en otro rato más dramático, melancólico o histriónico creo que recuperaré algo de entre mis quince y mis diecinueve. de momento:

"Tengo ganas de comerme el mundo
y también de mandarlo a hacer puñetas."


viernes, 27 de septiembre de 2013

27 de septiembre de 2013

¿Sabes qué día es hoy? Hoy es 27 de septiembre. ¿Qué significa eso? Pues que hoy es el día que propuso Maximo Gorki allá por 1935 para que todo escritor, aspirante a, aficionado, espontáneo o anónimo narrara alguna vez en su vida. Lo hice el año pasado y lo vuelvo a hacer este año. Me gusta la idea. Lo que vas a leer a continuación es mi 27 de septiembre de 2013. 

00:00. Comienza el día. Hace quince minutos que llegué a casa. He estado cenando con Ely y Za, dos amigas que viven en mi barrio. Casualmente, con ellas compartí el año pasado la tarde-noche del 27 de septiembre. El año pasado por estas fechas, Ely y Za vivían juntas. Ahora Ely vive cerca con su novio, y Za sigue en la misma casa (un ático precioso con unas vistas que flipas) con otra compañera.  Yo tampoco vivo ya donde vivía el año pasado. Comienza mi 27 de septiembre y esto es lo primero que veo:


Me puse el pijama, me senté en el sofá, y a la gata le faltó tiempo para tumbarse en mis piernas y poner en marcha su Ronroneo Turbo. Estoy sin internet en casa estos días. Podría confesar que lo tenía pirata y que el chollo se acabó. Fue una medida de urgencia cuando me mudé porque no podía afrontar tanto gasto de golpe. Pero ya está: mañana (hoy) lo contrataré y ya  no habrá más cortes inesperados. Bueno, me lo podrán piratear a mí, claro. Es lo que pasa en un barrio lleno de cartelitos que dicen "Internet gratis, instalación 30 euros". O pinchas o te pinchan. Nota mental: recordar cambiar la clave a menudo.

Resulta que hoy, 27 de septiembre, faltan 5 meses (menos un día) para que cumpla 30 años, cosa que no voy a negar, me impone un poco, y llevo exactamente 5 meses viviendo en esta casa. Esta casa es un apartamento pequeño y precioso, recién reformado, que mis padres y yo encontramos en el momento justo por un precio más que razonable. Una ganga, vaya. Eso fue en marzo. Me mudé el 27 de abril y la gata y yo vivimos desde entonces sin sufrir caseros rácanos ni averías ni búsquedas periódicas de nuevos compis de piso. Allá en la Casita de Colores se quedó Encarna, que el año pasado por estas fechas se acababa de instalar. Ahora es otra gran amiga que tengo en el barrio, y lo agradezco mucho. Fue una suerte encontrarla. Además, me ha cuidado a los dragones. Me ha contado que Claudio y Claudia han pasado otro verano juntos y felices y cazando polillas sin parar.

Así que estoy en el sofá y contemplo mis libros. Hoy hice la primera gran reorganización desde que vivo aquí. Reordené todos mis libros, que son muchos. Cuando los miro me dan ganas de leerlos todos a la vez. Me encantan mis libros. La poesía ha ganado una balda, ahora las cuatro baldas más centrales de toda la estantería son suyas. Abajo, libros 'fundacionales'. Arriba a la derecha, teoría literaria. Aquí y allá, algunos objetos queridos, como la foto de la luna llena, arriba a la izquierda, tal y como estaba la noche de mi 29 cumpleaños, regalo de mi hermano (que se pasó horas en el frío de una noche de febrero hasta que salió perfecta) para mi 29 cumpleaños. 

Estos son más o menos la mitad. La otra mitad descansa sobre una balda aérea  que recorre el salón, cerca del techo. Intenté hacerle fotos a la balda aérea pero no salía favorecida. No importa, tampoco voy a enseñarte toda mi casa aquí. Si estás leyendo esto, también estás invitadx a venir, tomarte un par de cervezas conmigo y verlo por ti mismx.
En estos días de atrás he leído La perla de Steinbeck, después Casa de Muñecas de Ibsen y hoy he terminado Platafoma, de Houellebeq. Este último es el que me ha dejado sentimiento huérfano al terminarlo. Menudo cabrón, Houellebecq, qué bien escribe. Qué libre escribe. La verdad es que hace tiempo me leí Ampliación del campo de batalla y no me pareció la polla, de hecho no me gustó. Pero Plataforma sí. Sí. Mucho. Uf. Leeré más cosas suyas, seguro. 

una de mis baldas preferidas, junto con las cuatro baldas de poesía. libros que amo mucho mucho.

Al menos tengo internet en el móvil. Leo en él mi 27 de septiembre del año pasado antes de irme a dormir.
Han cambiado bastantes cosas. Otras no. 

Pongo la alarma a las 9:02 y me meto en la cama. La gata se queda durmiendo en una silla del salón. Esta noche no duerme conmigo. Me acaricio suave, entre las sábanas tibias, hasta que me duermo.

9:22: Me levanto después de dejar que suene el despertador un par de veces. Acaricio a la gata, que sigue en la misma silla de anoche. Preparo un mate y me lo tomo con calma mientras empiezo a escribir todo esto en mi cuaderno. 

Un post-it me recuerda que tengo que ir a comprar un teléfono inalámbrico, ya que la semana que viene me instalarán la línea. Hoy, mi única posibilidad de publicar esto es hacerlo desde el ordenador del trabajo. 

Son las 9:55, me doy una ducha rápida y aunque pensaba ponerme vaqueros y camiseta, decido estrenar un vestido azul de otoño que compré en las rebajas de verano. Voy a lucir los moratones que me adornan las piernas desde que hago baile en barra. Estos días tengo uno especialmente bonito en el gemelo derecho: tiene todos los colores del arco iris.

Pruebo suerte en una tienda de cosas de segunda mano. Me atiende un mulato de ojos claros. En la tienda hay docenas de móviles de última generación, pero ni un solo inalámbrico normal y corriente. El mulato me dice, justo antes de salir por la puerta, que siga con esa sonrisa. Yo no era consciente de estar sonriendo, y pienso que seguramente la crisis aprieta y hay que vender como sea, o que, en fin, la naturaleza caribeña es piropeadora y ya está. Cruzo de acera, entro al factory de electrodomésticos donde compré el frigorífico, el microondas, la lavadora, la batidora y un secador ultrapotente cuando me mudé. No me lo pienso: me compro el inalámbrico que menos espacio ocupa dentro de la gama de precio medio porque los baratos son muy grandes, y va tener que compartir balda con mi futuro router. 

Voy al súper. Compro cuatro cosas: pasta, salsa de setas, arena para la gata, helado de vainilla. No son ni las 11 y ya estoy de vuelta. 

Hago la cama. Después hago un zumo de naranja y me como un plátano. Barro la casa. Hago mimos a la gata. Fumo. Decido maquillarme. Hace muchos días que no me maquillo. Se supone que en mi trabajo debo ir maquillada y al principio lo hacía. Luego fui aborreciendo ese deber. Para mí, maquillarme fue siempre algo lúdico, algo agradable. Algo que significa que te vas de fiesta, o que has quedado con un tío, o que es una ocasión especial. No sé, no me acaba de convencer lo del maquillaje diario. Precisamente por eso, porque me gusta el maquillaje y no quiero aborrecerlo y no quiero que sea una obligación. Así que hace mucho que no me maquillo para venir a este trabajo, en el que me siento en tiempo de descuento, en una prórroga que me aburre, me desespera y me mantiene pensando en cuál será el próximo paso. Sigo aquí, sí, después del amago de despido colectivo de este verano, sigo aquí. Pero me he prometido que pase lo que pase no voy a cumplir mis 30 años trabajando aquí. No lo haré. 

El día está nublado, ha cambiado el tiempo que estaba soleado hasta ayer. Y yo me maquillo con calma. Aloe vera y luego base y luego polvos y colorete y lápiz de ojos marrón oscuro y máscara de pestañas y brillo de labios. 

Preparo la comida que me voy a llevar: ensalada, pasta con setas, higos. Y me sobra tiempo para sentarme a escribir otro tramo de mi día. Pienso qué libro empezar. Tengo algunos libros de esos que vas dejando y dejando y decido saldar una deuda: me leeré El renacimiento de Eva, escrito por Belén García, que es una amiga a la que conocí en un curso de creación literaria hace ya unos cuantos años. Lo presentó cuando yo estaba enfrascada en la carrera de teoría de la literatura, que no dejaba mucho tiempo para leer libros ajenos a los temarios. Bueno, pues más vale tarde que nunca. Hoy me lo empiezo. 

A las 13:00 estoy saliendo de casa hacia el trabajo. Metro. Transbordo. Metro. Transbordo. Metro. Llego al complejo de edificios y ficho. Creo que ya hablé suficientemente sobre mi trabajo el año pasado. Los viernes por la tarde no suele haber nada de nada, pero hoy sí. Tampoco es mucho. Una visita de unos noruegos que yo me imaginaba como vikingos macizos pero que luego no son para tanto. Me da tiempo a comer antes de que lleguen. Al igual que todos los días como sola en un cuartucho insípido. Hay pocas alegrías visuales en este trabajo. A las cinco y algo los noruegos se van. Salgo a fumarme un cigarro antes de sentarme a escribir todo esto. Mi compañera ve una peli o serie o lo que sea en su ordenador, a mi lado. Yo escribo. Paso fotos al ordenador. No han salido muy bien, la luz esta mañana era poco favorecedora. 

Hablo con Áurea por guasap. Quedamos para ir juntas mañana por la mañana a clase de telas aéreas. 
Chateo con Hor. Dice que esta noche viene a verme. 
Escribo. Publicaré esto justo antes de irme a casa, así que a la narración de mi día le faltarán cuatro horas. Previsiblemente, y salvo que me parta un rayo o algo así, llegaré a casa a eso de las 9, haré caso a mi gata y le daré su cena; leeré o escribiré un rato hasta que a eso de las once llegue Hor y cenemos algo. Y luego la gata ronroneará con el turbo y nosotros follaremos y después nos dormiremos como si no existiera el mal en el mundo. 

Sí, lo sé: esta última parte aún no ha ocurrido. 

Pero es mi día, y me lo escribo como quiero.