y no he parado.
preparar el regalo de cumpleaños de Hor me llevó unos cuantos días (y noches)
y celebrarlo nos llevó varios días (y noches)
también está el hecho:
ahora que no tengo que comer comida recalentada en un cuartito deprimente, me pongo a cocinar con más esmero y con más ganas.
me han regalado un horno, así puedo hacer de nuevo mis famosos bizcochos.
también me han regalado una cafetera de esas de cápsulas, y las cápsulas me parecieron tan bonitas que busqué ideas para hacer manualidades, lo que me llevó a la idea de las macetitas y a que empezase una ardua búsqueda de materiales en bazares. ahora mi frigorífico parece un patio andaluz y empiezo a pensar en montar un emporio para darles salida. el caso es que da vicio. como el café. imaginad qué terrible círculo vicioso se puede crear: tomar café para tener más cápsulas para hacer más macetitas bajo los efectos del café hasta el infinito.
ikebana para pobres |
(pero ningún perfume huele como el mío. y no quería estudiar ninguna otra cosa)
conclusiones sobre el hecho de llevar el pelo violeta:
me flipa observar lo violeta que es. es muy violeta.
de pronto toda la gente que me cruzo tiene el pelo de colores aburridísimos.
de pronto me da por ir pensando qué colores locos de pelo le quedarían bien a tal o cual persona con la que me cruzo.
en cuanto a desconocidos, un total de:
-dos cajeras en el supermercado
-la señora que estaba detrás de mí en la cola
-la dependienta de una tienda de jabones
-la señora que me atendió en el INEM
me han dicho que les flipaba mi pelo.
una de ellas me dijo 'pareces una heroína de videojuego'.
y unos vecinos de seis años me dijeron nada más verme entrar en el portal
'como mooooola, ¿es de verdad?'
sigo haciendo la cama todos los días. y ordenando la casa todos los días.
me conozco.
una grieta me puede hacer caer en una desidia duradera.
así que no me levanto demasiado tarde.
hago la cama, ordeno la casa, salgo a hacer trámites.
ya casi los he acabado
este mes es para descansar y pensar.
escribir...
¿escribir qué?
imagínate: dice que se enamoró de mí por cómo escribía,
y últimamente no escribo mucho.
nada que dé como para enamorarse,
otra vez o de nuevo.
"con buenos sentimientos
sólo se hace mala literatura"
dijo el sabio,
le creí.
y no me preocupa
ni me inquieta,
para qué negarlo,
de cara a la ahoridad es mejor
ser feliz que escribir bien.
la ahoridad prefiere
o en este momento me requiere
sonetos escritos con gemidos,
con suspiros, con arañazos.
amanecer a su lado mañanas perezosas.
(y que le jodan a la posteridad)