Pusieron un mercadillo benéfico muy cerca de mi casa, a la salida del metro. Cuando lo vi me paré a curiosear. Había una libreta preciosa, con las tapas forradas de tela, muy elegante y exótica. Era la más bonita de todas. Y me di cuenta de que no llevaba nada de dinero encima. Pensé en comprarla la siguiente vez que pasara por allí, y seguí mirando las cosas de los otros puestos. Me pasé un buen rato cotilleando en uno lleno de libros de segunda mano. Cuando ya me iba, haciendo el recorrido inverso, eché un último vistazo a 'mi' libreta y no la vi en la mesa. Estaba más arriba, suspendida en la mano de un chico que estaba a punto de comprarla.
-¿Cuánto es?
Su voz me hizo 'click', y le miré, y nos miramos.
Era él: mi amor. Hacía meses que era mi novio. Estaba comprando la libreta para regalármela al llegar a casa. No me había visto por allí. Fue precioso.
Éramos felices entonces; aunque de eso hace, como de casi todo en mi vida, demasiado tiempo.