sábado, 16 de febrero de 2013

el ciclo de la vida

pues sí, creo que ya puedo decir oficialmente que los gatitos callejeros que alimento han superado el invierno. ya son tres gatos jóvenes. les podrá pasar cualquier cosa pero ya no se podrá considerar mortalidad infantil felina. han sobrevivido a las heladas y a los vientos fríos. el señor Carlos estaría muy contento. tengo que decir que alguien más les echa de comer. menos mal. son tres gatos de unos seis o siete meses que comen como velociraptores. 

el ciclo de la vida sigue y, su mamá, que hasta hace poco los cuidaba, ahora bufa y suelta la zarpa si se acercan demasiado. ya no comen del mismo plato. y ya vuelve a estar preñada. esta vez los tendrá muy pronto. claro que me acojona. llevo tres años alimentando a esa gata y jamás se ha dejado tocar. no hay quien la coja para esterilizarla. está condenada a repetir el ciclo año tras año: embarazo, parto, sacar a los gatitos adelante, embarazo, parto, sacar a los gatitos adelante. es como ser mujer en según qué lugares del mundo, pienso a veces, y ese pensamiento me subleva. la última vez tuvo cuatro, ya en agosto. contra todo pronóstico han sobrevivido tres, que es mucho. la vez anterior a esa, sólo sobrevivió una cría, una gatita que luego desapareció sin más. la vida es así. 

así que alimento a los tres gatos jóvenes (dos negros, con sólo media cola y uno gris y entero) a su mamá, que ahora come por dos y que pronto será cuatro o cinco, y a un gato que se ha apuntado recientemente. el pobre está cojo. tiene una herida fea en la pata pero no se deja tocar. creo que ha encontrado esto, el comedor social felino, por casualidad, y está de reposo mientras se cura o se muere. si permanece bien alimentado tiene más posibilidades de curarse. no puedo hacer mucho más. 

a veces llego al portal y están todos esperando y me dicen miau miau miau miau y yo les digo qué pasa, gatunos, ¿tenéis gusa? y dicen miau miau miau miau y les digo hay que ver, coméis como jodidas limas, podíais cazaros unas ratas o algo y dicen miau miau miau miau y me ponen ojitos y les lleno los platos de comida sabrosa. 

y claro, también alimento a mi gata, la que vive en casa. que es la más pesada de todos porque puede seguirme a todas partes y ponerme ojitos a todas horas. 

lo que se dice maullar, mi gata sólo maúlla por las noches.

-es cuando hay más cosas que contar- dice.