lunes, 3 de marzo de 2014

natural

he estado pensando un rato, pero no sé muy bien cuántos años hace que nos conocemos. creo que ya van ocho o nueve. al principio no le dimos más importancia: coincidimos en un trabajo esporádico. las dos estábamos en la misma agencia de azafatas (estábamos en muchas agencias de azafatas, y coincidíamos en una de ellas) que organizaba un evento anual, la junta de accionistas de una multinacional, para la que necesitaba muchas azafatas durante varios días. pasábamos muchas horas juntas. muchas horas muertas, también. casi todas éramos universitarias y trabajábamos para ganar dinero mientras tanto. 

ella y yo nos caímos bien pero no teníamos más contacto. el curro terminaba y todas seguíamos con nuestra vida y buscando otros curros. así hasta que coincidíamos el año siguiente. la última vez que nos vimos en la junta de accionistas estábamos un poco hartas: seguíamos estudiando o habíamos vuelto a estudiar y necesitábamos ingresos estables. 

a la semana me llamaron de la agencia, me ofrecieron un puesto estable en una vacante inesperada que tenía que aceptar ahora o nunca para empezar al día siguiente y dije claro que sí. eran dos vacantes. íbamos a ser dos nuevas en aquella recepción.

cuando nos vimos fue una alegría. en todo aquel tiempo fuimos el apoyo de la otra. pues sí, siempre. descubrí que era una amiga de las de verdad y una compañera de trabajo excepcional. comíamos juntas en aquel puto cuartito minúsculo y deprimente y decíamos: algún día saldremos de aquí.

y decíamos:

¿te imaginas currar juntas en un trabajo que no sea de mierda?

y decíamos:

¿te imaginas currar juntas en algo que nos gustase de verdad? ¿y sin puto uniforme?

y decíamos:

sabes, si me tocara el euromillones montaría un negocio contigo. te lo juro. seríamos lo puto más. 

y decíamos:

algún día saldremos de aquí.

y luego pasó que recortaron su puesto y la echaron, y poco después la volvieron a contratar en el puesto de mi jefa. carambolas curiosas de la vida. un día comentó que quería apuntarse al gimnasio y yo le dije que acababa de empezar a hacer pole dance apúntate conmigo tía, no sabes lo que mola, te va a flipar, te va a encantar, vente vente vente y se vino. un tiempo después volvieron a recortar su puesto y a echarla y ya poco después recortaron mi puesto y me echaron a mí y ya estuvimos las dos fuera de allí 

y ahora resulta que estamos pintando las paredes de todos nuestros te imaginas

y aún no nos lo podemos creer

bueno, hablo por mí

aún no me lo puedo creer y me da hasta miedo decirlo,
como si fuera un sueño que aún puede saltar en pedazos,
que pierde todo el sentido cuando intentas contarlo.

(todo es un caos pero está tan claro. resulta tan natural.
que da valor y también da vértigo)