miércoles, 26 de octubre de 2011

amor en la sombra


así es, llegó el otoño-invierno (que no existen ni el otoño ni la primavera en madrid) y Claudio y Claudia -después de aquel polvo salvaje han regresado varias noches, hasta hace unas cuantas que es cuando se instaló definitivamente el frío- se escondieron para hibernar, qué listos yo lo haría si pudiera. voy a echar de menos ver sus tripas blanquitas en la ventana y sus carreras devorando insectos, siempre los dos, siempre cerca, siempre uno en el campo de visión del otro. mis dragones que se quieren.

quizá para compensar, descubrí que en el lago artifical -construido para gozo y regocijo de los empleados del parque empresarial perteneciente a la incisiva multinacional en la que trabajo ('en' y no 'para') y que dicen las malas lenguas que está edificado sobre unos terrenos que antes eran la parada natural de no sé qué aves migratorias- muchas tardes nada una pareja de patos, de colores él y parda ella, libres y salvajes, los reyes del lago, nadan juntitos. se me escaparon de la luz. la foto es con el móvil, con prisas y con zoom.
deberíais haberles visto atravesar el agua iluminada, qué elegantes y majestuosos. la vida permanece y el amor también. son las dos manchitas que me alegran el día de trabajo grisgrisgris y se aman en la sombra y en el frío.

ya no le tengo miedo al frío