viernes, 20 de julio de 2012

secuoyas, limones y los huevos de Arguiñano

el caso es que ya tenía guardado en borrador un texto sobre Julia Butterfly Hill.

pero la imparable sucesión de acontecimientos me ha obligado a reescribir.

factores: una época de especial empatía con los árboles. porque sí, porque los aprecio desde siempre, porque en mis fotos de niña aparezco subida a las encinas, porque son seres vivos y considero que cortar un árbol es asesinar. y aún así, una época de especial empatía que me ha tenido reflexionando acerca de olivos, encinas, nísperos y entonces leí la historia de Julia y la secuoya Luna.

sobre esta impresionante historia estaba yo pensando en estos días de atrás. sobre frases de Julia, su transformación a lo largo de los dos años que pasó en el árbol. la noción de que todo está conectado. el latido infinito de los seres vivos.

todo esto me hizo acordarme del limonero: hace cuatro o cinco veranos, abrí un limón y encontré que dentro tenía una semilla comenzando a germinar. la planté en un tiesto y brotó. lo regaba y lo cuidaba mucho y estaba empezando a ser algo cuando el perro Chano, azote de los brotes, escarbó en el tiesto y lo destrozó. accidentes, en fin.

acontecimientos: así que anteayer paré a comprar limones. limones bien gordos y bonitos, para buscar en ellos alguna semilla, germinarla y hacer brotar un limonero.

y ayer escogí uno, el más amarillo, terso y grande, de esos que luego están tan buenos que te los puedes comer a bocados casi como si fueran naranjas.

recordé que iba a guardar alguna semilla. así que, en lugar de abrir el limón por la mitad de un solo tajo, como hago y seguro que hacemos todos para abrir los limones desde tiempos inmemoriales, corté la cáscara recorriendo el perímetro, sólo la corteza, para abrir el limón a pulso y no estropear ninguna semilla que pudiera estar por ahí.

y lo que encontré al abrirlo, fue esto:


puedo gritar al mundo que en mi cocina ha tenido lugar una versión vegetal de esta escena:





si hubiera cortado el limón de un tajo, como hago y hacemos todos desde tiempos inmemoriales, habría seccionado el brote. y la única razón para no abrirlo de esa manera es que quería proteger a las posibles semillas que hubiera dentro. vamos que no sabía que estaba pero fui con cuidado como si estuviera y entonces resultó que estaba. joder, es muy bonito.



lo corté con cuidado por un lado, para ver hasta dónde llegaba. la raíz llega hasta el fondo del limón. pero lo que no entiendo, es cómo cojones es posible que haga una, una, sólo una excepción en años, y en ese limón esté el premio.

llamadme loca o comeflores o abrazadora de árboles o jipi de mierda, pero creo que si este limonero llega a adulto, Julia Butterfly Hill y las secuoyas habrán tenido algo que ver. y Arguiñano se alegrará conmigo de corazón.

no sé de qué manera, no lo comprendo. pero el caso es que a veces las cosas funcionan.
y le haces un mimo al mundo, y te devuelve la caricia.


y mira, tú no eres transgénicochungo, limoncito mío, tus semillas brotan, tus semillas son tan fértiles que han reventado de vida. intentaremos que seas grande y tengas limones y plantaremos sus semillas y de ahí nacerán limoneros que también darán limones que tendrán semillas que hagan crecer limoneros que den limones que tengan semillas...