"Tom dijo con impaciencia:
-¿Por qué no deja esto? Nadie le vigila para que no se vaya.
-Sí, es fácil decirlo. Conseguir trabajo no es tan fácil...para un tuerto.
Tom se encaró con él:
-Mira, tío, llevas ese ojo abierto de par en par. Y estás sucio, apestas. Tú te lo buscas. Es lo que te gusta, te permite sentir compasión por ti mismo. Pues claro que no hay mujer que vaya contigo con ese ojo vacío aleteando al aire. Tápatelo y lávate la cara. Tú no vas a atizarle a nadie con una llave.
-Te digo que un tuerto lo tiene difícil-insistió el hombre-. No puede ver las cosas como las ven los demás. No se calcula la distancia a la que están las cosas. Todo está en un solo plano.
Tom replicó:
-Eres un cuentista. Mira, yo conocí a una puta que sólo tenía una pierna. ¿Te crees que lo hacía por dos perras en un callejón? Te aseguro que no. Al contrario, cobraba medio dólar extra. Ella decía: ¿Con cuántas mujeres que sólo tuvieran una pierna te has acostado? Con ninguna. Vale, decía, pues aquí tienes algo muy especial y te va a costar medio dólar extra. Y se lo daban, faltaría más, y los que se lo daban salían satisfechos pensando que eran unos tíos con suerte. Ella decía que daba buena suerte. Y conocí a un jorobado en...en un sitio donde estuve. Se ganaba la vida dejando que la gente le tocara la joroba para que le diera suerte. ¡Dios mío!, a ti sólo te falta un ojo."
pasan los meses y me doy cuenta de que este pasaje de 'Las uvas de la ira' de Steinbeck, se me ha grabado a fuego en las entrañas. está en las págs. 269 y 270 de la edición de Cátedra. este libro se ha convertido en una de mis biblias.