Me lo ha contado hace un rato. Se está conociendo a sí misma, ahora, a los 33 años. Se busca a sí misma porque ya no se acuerda de quién es.
Lo cuenta mientras me pone otra caña y una de esas exquisitas flores de alcachofa que guarda para los amigos.
-No sé quién soy, pero de momento me estoy cayendo de puta madre.