jueves, 24 de mayo de 2012

tradiciones

de donde yo vengo, sólo me vienen a la memoria dos tradiciones populares propias y autóctonas. no sé,  puede que ocurra en otros sitios, el mundo es grande y hespañistán muy profunda, ya se sabe. si es así, por favor: que alguien me corrija. que me diga que esto que voy a contar ocurre en más lugares. más que nada, para borrarlas de mi -corta- lista de tradiciones autóctonas del lugar de donde yo vengo. no lo puedo saber porque en ningún sitio más he asistido a un encierro taurino. 

esto es así: durante la semana de las fiestas, que es en septiembre, se realizan encierros a una hora temprana: a eso de las 6.30-7.00 de la mañana. como es normal, a esa hora y en plena semana de fiestas, está por la calle lo mejor de cada casa en un estado de completa sobriedad. 

quien no haya estado en hespañistán, tal vez haya visto alguna vez imágenes de los encierros de san fermín en pamplona. yo no he estado en pamplona, pero por las imágenes que llegan, el concepto es el mismo en el norte que en el centro que -me imagino- en el sur; pero en san fermín, por supuesto, con mucha más gente, con más práctica en eso de correr delante de una bestia encabronada con razón, -sea como sea como se adquiere práctica en eso- y con toros más grandes y con un recorrido con más encanto. 

bueno, no me hace ninguna gracia el tema taurino. ni creo que sea arte ni creo que sea noble ni creo que sea un espectáculo más allá de lo lamentable. pero en ferias, los encierros son gratis, no matan ni dañan físicamente a los toros y cuando tienes dieciséis años son una excusa razonable para no volver a casa hasta por la mañana. 

y siempre está el aliciente de que en esos momentos, un cierto grado de sadismo se toma por la comunidad con alegría y festividad. creo que en una ciudad de unos 80.000 habitantes, una plaza de toros con un aforo de 8.500 habla por sí sola. si estuviera aunque sólo fuera pongamos por caso un cuarto llena, y te has pasado de chulo y de listo y te ha pillado la vaca, tendrás el honor de llevarte un revolcón y un gran coro de más de 2000 personas homenajeándote con un charanguero 'si te ha pillao la vaca jodeté, ¡jodeté!' riéndose de ti con ganas y señalándote. puro circo romano, más light,claro, porque nadie tiene lo que hay que tener para correr delante de unos leones o de unos tigres, pero aún así es muy divertido.

y ahora es cuando explico las dos tradiciones que hasta ahora creo que son las únicas autóctonas del lugar de donde yo vengo. 

tradición primera: cuando estamos todos en la plaza, esperando a que entre la gente corriendo con las vacas en tropel, una mujer desde un puesto de control lee por un megáfono las normas de seguridad que deben observar corredores y espectadores y en cuanto dice la primera sílaba TODO EL MUNDO pita, silba, abuchea, y grita con todas sus fuerzas para que se calle. ensordecedor. ella sigue leyendo hasta el final. es así: ella hace su trabajo y nosotros el nuestro y todos los años es igual, desde antes de que existieran los encierros. desde la oscura noche de los tiempos, llevamos pitando y gritando y abucheando a esa mujer.

y entonces, justo después, cuando entra la gente en tropel con las vacas en la plaza, llega la

tradición segunda: al primero, sobre todo al primero, o a los pocos que entran en la plaza adelantados un poco antes que el tropel -señal inequívoca de que no se ha puesto uno en riesgo lo suficiente. el adelantado va corriendo a demasiada distancia de los animales como para que le puedan alcanzar, a demasiada distancia de los demás como para poder tropezarse con otro corredor o quedarse atascado en un hipotético tapón- hay que tirarle DE TODO cualquier cosa que tengas a mano o te hayas traído expresamente, además de silbarle y abuchearle sin piedad. 

así que bueno, qué es lo razonable que puedo opinar sobre las tradiciones. las hay más moderadas, claro, me cuentan. lo sé. la gente baila la sardana o en fin, compite a ver quién corta más troncos, o hace maravillosas esculturas de cartón para luego quemarlas, o se va toda la ciudad junta a comer tortilla de patatas al campo, y todas estas tradiciones surgieron así de manera espontáneopopular. pero yo que sé. si me mencionan a mí las tradiciones, no lo puedo evitar: las tengo encajadas en la categoría mental 'más o menos cruel broma colectiva de borrachos y trasnochados'.