miércoles, 22 de agosto de 2012
un verano feroz
te dije 'déjame algo clásico, sonetos de los buenos'
me diste un libro fino de Leopoldo de Luis. el último que escribió, ya triste, viejo y solo.
por la mañana tú dormías, yo leía y la cachorra de pantera, mordía -ferozmente- este poema.
Un verano feroz -¿o era el reflejo
del latigazo rojo de la vida?-.
Un otoño sombrío -¿o es el espejo
de una mujer continuamente herida?-.
Vivir es arrancar estas finales
hojas de un inclemente calendario.
Azota el viento ramas invernales.
Llueve sobre un cortejo funerario.
Sólo por triste no es la poesía
ni más hermosa ni mejor deslía
el arte del poema y su madeja.
Pero el feroz verano y el sombrío
otoño alzaron cerco tan impío
que ni esperar en otra muerte deja.
me llevé el libro, Cuaderno de San Bernardo -en esa calle estaba el sanatorio en el que murió su mujer- no sabes qué llorera en pleno metro, cuando llegué a un soneto que se llama Un hombre esperando.
que el final es ese: por mucho que se dos se quieran, uno se muere antes y el otro se queda solo. sabemos que eso pasa. estamos en otro punto del camino. casi al comienzo: dispuestos a arriesgarnos.
ah, hice una versión de Un verano feroz. alegre, feliz, optimista y malísima. tenía razón Berrio: "con los buenos sentimientos sólo se hace mala literatura" así que últimamente estoy condenada: y escribo basura, basura, basura.
y bueno, prefiero que alguien me dé una paliza antes que publicar mierda, sentimiento que después de curiosear esta tarde algunas 'poetas contemporáneas' veo que no es muy compartido.