-Cuando cuente hasta tres, te despertarás ¿lo has comprendido?
-Sí -dijo la chica hipnotizada- lo he comprendido. Pero no quiero.
-¿Cómo que no quieres? Si lo has comprendido, cuando cuente hasta tres te despertarás.
-Un momento. ¿De verdad tengo que despertarme?
-Sí, vas a despertarte en cuanto cuente tres. Uno, dos,
-pero disculpe, antes de despertarme me gustaría saber qué ocurriría si no me quiero despertar. Ahora mismo soy consciente de lo que hablo con usted. Seguro que podría llevar una vida normal y nadie notaría nada.
-Pero esto no es así. Sé un poco razonable, mujer. Tienes que despertarte.
-¿Por qué?
-Porque eso es lo normal. Se hace así, a uno le hiptonizan y le deshipnotizan. Así es como funciona.
-Ya, pero eso es porque la gente quiere despertarse. A mí no me está dando la gana. Y me voy a quedar así. Cuente hasta tres o hasta diez, pero no cuente conmigo. Me quiero quedar aquí.
-Está bien, pero no lo harás. ¿No ves que no es algo malo? No tengas miedo a despertar. Es como despertar de un sueño; estarás relajada y tranquila, y volverás a tu vida normal como si no hubiera pasado nada. Ahora mismo voy a contar hasta tres, y aunque no quieras, repito, aunque no quieras, te despertarás y no recordarás nada de lo que ha ocurrido. ¿Entendido?
-No.
-¿Lo has entendido?
-He dicho que no.
-Da igual. Vas a despertarte. Jamás he hipnotizado a alguien que no se haya despertado. Voy a contar hasta tres y te despertarás. Uno, dos, tres. Despierta.
Silencio.
-A ver, mírame. ¿Cómo te encuentras? ¿Recuerdas algo?
-No...¿qué ha pasado?-fingió.
Publicado en el blog literario de la revista digital Tendencias 21.