Hoy: Azafata de congresos, eventos y saraos.
Hay unas cuantas razones por las que es mejor contratar azafatas que poner jarrones.
1) Un jarrón, para que adorne lo suficiente, es más caro que una azafata. Un jarrón caro puede costar cientos de euros, pero una azafata trabaja por cincuenta euros al día, incluso menos.
2) Si el jarrón se cae, se rompe. Si la azafata se cae, se levanta y normalmente sigue entera.
3) Un jarrón no sabe indicar dónde está el baño. Puedes ponerle un cartelillo, pero a) nadie los lee b) desluciría el adornamiento. La azafata en cambio, adorna a la vez que informa.
4) El jarrón, por muy bonito que sea, no te da los buenos días. Algunas azafatas tampoco, pero en teoría sí lo hacen.
5) El jarrón no puede pasar el micrófono al público en el turno de preguntas.
6) Un jarrón sobre tacones no queda mejor.
7) Un jarrón maquillado no queda mejor.
8) A un jarrón no puedes ponerle un uniforme ridículo y/o estridentemente corporativo.
9) El jarrón lo pones ahí y ahí se queda. A la azafata la puedes marear toda la mañana en plan 'vete allí, ahora ven aquí, ponte allí, ponte allá'
10) Un jarrón no suele reclamar las horas extras que trabaja, ni tiene sindicato de jarrones, no se queja por las pagas prorrateadas, o por ser citado a veces una hora antes del trabajo 'por si llega tarde'(asumiendo de antemano su total incompetencia). En esto un jarrón es exactamente igual de bueno que una azafata.