jueves, 27 de junio de 2013

pequeña tara (VI) me gustan las canas


me gustan en los demás sean hombres o mujeres. y me gustan en mí. 
creo que son bonitas las canas. a mi abuela se le puso el pelo muy blanco, mi padre tiene el pelo muy blanco y a mí me encantaría tener el pelo así de blanco algún día. 

me empecé a teñir el pelo a los catorce años porque mi color castaño vulgaris era el más soso del mundo. la primera vez me teñí a traición, mientras mis padres pasaban la tarde en el campo, porque no me dejaban ni hacerme unas mechas. para hacer terapia de choque (dicen que es de las mejores) me teñí con el tinte permanente más rojo que encontré en la tienda. así que primero fui pelirroja. a los quince fui morena de esas de pelo negro noche con reflejos. los dieciséis fueron una mezcla de tonos anaranjados y rubios. a los diecisiete fui rubia lo que se dice rubia, de eso que vas por la calle y te gritan '¡rubia!'. después me lo puse morado, pero era caro de mantener y al acabar el instituto dejé de teñirme porque empecé a centrarme más en el arte de las rastas.   

cuando dejé de teñirme el pelo, a los dieciocho, me di cuenta de que me habían salido canas. unas pocas y desperdigadas. y me gustaron. claro, me sentí mayor. mayor para bien, como las primeras veces que te pones tacones. a veces me he teñido después, ya nunca de continuo. pero porque tenía ganas, y no canas. de un tiempo a esta parte tengo muchas más. supongo que ya es imparable. no me parecería una putada tenerlo ya todo blanco. además de que es bonito, es que es la base perfecta para cualquier color que te quieras poner. por ejemplo, morado.

-¿sabes, ratón? a veces me sugieren como quien no quiere la cosa que me tiña.
dicen que las canas no son lo mismo en un hombre que en una mujer.
que los hombres con canas están guapos pero las mujeres no.
-¿y tú qué les contestas?
-les contesto: Ángela Molina. es un argumento en sí misma.
y también contesto: bueno, a mí me gustan.
y por dentro pienso seguramente follo más que tú. y mejor.
pero eso no lo digo. no vaya a herir sus sentimientos.