viernes, 29 de abril de 2011

encuentros en el tercer vagón

....y así me recuerdes y tengas presente, 
que mi corasón está colgando en tus manos....

escucho al entrar en el vagón, y reconozco de inmediato al chico que anteayer se llevó la bronca del anciano.

sonrío pero él no me reconoce.

por supuesto está más entregado que el otro día. mucha gente en el vagón le da algo de dinero.

y mientras pienso que voy a contar aquí que he vuelto a verle; que creo que ya se le pasó el disgusto y sigue en la lucha, arriesgándose a nuevas broncas de ancianos, de no-ancianos, de vigilantes del metro, de la vida: pero sigue cantando cantando cantando la cabeza alta el pulso firme de unas cuerdas vocales que disparan siete balas una y otra vez


apágame este miedo



Apágame este miedo,


enciéndeme tu luz:


que si tú dudas


yo creo,


y dudo


si crees tú.

jueves, 28 de abril de 2011

la coleccionista de frases I

escribo en mi escritorio, que está colocado en la terracita acristalada, muy pequeña, de mi habitación, que tampoco es grande. hay una puerta supuestamente corredera (cuando me alquilaron la casa ya no deslizaba, está y siempre estuvo abierta) que es de cristal y como no cierra su función es separar un poco la habitación de la terracita.

cuando estoy sentada en el escritorio, esta puerta de cristal queda a mi izquierda, y la ventana que da a las preciosas vistas de mi casa, a mi derecha.

y pongo post-its. pego un montón de post its en el cristal. casi siempre son frases que leo o escucho en algún lado. algunas las quito pasado un tiempo. otras llevan ahí años. y cuando el papel está viejo lo escribo en otro nuevo. me acompañan.

'el profético ombligo del mundo' Eurípides, Medea. 

Nº 56: "piensan mucho algunos para errarlo todo después y otros lo aciertan todo sin pensarlo antes" Baltasar Gracián, Oráculo Manual. 


"Los domingos tienen algo que me hace vomitar sangre" Advenedizo


"la raza de los líricos"


"En una separación, el que dice las palabras más tiernas es el que menos enamorado está" Proust


"Y todos fueron felices (todos menos las perdices)"


"Arquíloco es violento y tierno, obsceno y lírico"


"Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos" Shakespeare


"la tónica del alma"


*"bona fides semper praesumitur nisi mala adesse probetur"


*siempre se presume buena fe, hasta que la mala sea probada"

miércoles, 27 de abril de 2011

música, monjas y magia

¡Buenos días damas y caballeros un poco de música para acompañar su viaje gracias y disculpen las molestias!

y de su equipo de sonido con ruedas sale la melodía de 'Colgando en tus manos' de Marta Sánchez y Carlos Baute, el anciano que tiene en frente dice con voz potente, antes de que pueda empezar a cantar:

-¡Baje el volumen! ¡Me está perjudicando!

el cantante, desconcertado, baja un poco el volumen del equipo, pero comienza a cantar por el micrófono

...quizás no fue coinsidensia encontrarme contigo....

-¡He dicho que baje el volumen! ¡Que lo quite! ¡Está prohibido tocar en los vagones de metro, ¿es que no lo sabe?! Le voy a denunciar, eso es lo que voy a hacer, le voy a denunciar como no apague eso, porque está prohibido ¿o es que no lo sabe?

...e-esa sonrisa traviesa que vive conmigo... intentaba seguir el cantante, apurando la esperanza de ganarse la aprobación del anciano, pero no, eso no pasa, el anciano sigue y sigue recriminándole hasta que 

el cantante ya no canta. aguanta como puede la bronca. 1-0 para el viejo. llegamos a la siguiente parada y el anciano se baja, no sin antes volver a repetir

-Si le digo que lo apague lo tiene que apagar y punto, o le denuncio ¡Y si no, no haga lo que está prohibido!

Entra gente nueva al vagón. El cantante repite la introducción, con la voz algo quebrada por los nervios. Conecta la música. Titubea. Olvida la letra de la primera estrofa. Poco a poco se va concentrando y canta muy bien, tiene una voz preciosa. Prácticamente todos los que hemos presenciado la bronca del anciano, le hemos dado algo de dinero. Lo ha tenido que pasar fatal.

Cuando me iba a bajar en Sol, dos monjas muy mayores me han preguntado dónde estaba la salida de la calle Carretas y como no tenía prisa y me venia bien esa salida, las he acompañado. Eran de las Discípulas de Cristo de Valladolid, muy majas, y me han dicho que rezarían por mí, 'es la moneda de las monjas'.

Leí una vez un estudio sobre la influencia de los rezos en la recuperación de enfermos. En un hospital, asignaron números de habitaciones al azar, a un grupo de monjas que iba a rezar por ellos X tiempo al día, por el nº de habitación tal o cual, sin saber quién era ni qué le pasaba, y sin estar las monjas en el hospital. Los enfermos no tenían ni idea del experimento. Pero el caso es que mejoraban más y más rápido aquellos por los que se estaba rezando. Así que me parece muy bien. Es como cuando los paganos decimos 'te mandaré buenas ondas'. Es lo mismo. Funciona y ya está.

Al llegar a casa se lo he contado a Iris, y me ha dicho que últimamente ve cosas curiosas en el metro. Que el otro día ella iba en metro y entró en el vagón un mago, cosa que no es usual, un mago  con un traje y un sobrero blancos, para hacer un espectáculo de dos paradas de duración. Casualidades: yo le había visto el día anterior. Yo le vi el sábado, estuve a punto de escribir sobre él. Y ella le vio el domingo.

Y me pregunta -¿y cómo estuvo? ¿cómo le viste?

-Pues...al principio bien. Puso la música, se lo curró: número de cuerdas y nudos, número de pelota voladora,  también de pañuelos y de cosas que desaparecían en una caja...yo estaba entusiasmada, estaba en la otra punta del vagón pero con lo que me gusta la magia, estaba muy atenta desde el principio. Me gustó mucho, y con el traqueteo del metro y todo que es una incomodidad, creo que se lo curró mucho. Pero es verdad que casi nadie le dio nada...y cuando vino hasta mí y le di algo de dinero, me dijo: qué mal, qué difícil es la gente en Madrid...es muy difícil, no se puede hacer magia así, la gente no...la gente no quiere mirar, la gente no quiere nada...yo le dije que lo había hecho muy bien, que me había encantado y que tal vez era por la hora, o por el día, que no había mucha gente...se fue bastante jodidillo. ¿Y tú cómo le viste? ¿Qué tal fue en tu vagón?

-Mal...si es que éramos muy pocos, seis o siete personas. Yo vi que era un mago y apagué la música para escucharle. Le vi muy serio, pero pensé que era parte del número... había una pareja que estaba muy cerca de él, y le miraban y él a ellos, pero se bajaron en la siguiente parada, a mitad de número claro. Y entonces paró, se hundió, no sé. Paró la música y dijo que así no podía, que así no se podía hacer magia, y se fue. Y me quedé con un mal sabor...pobre hombre. Pero es que estábamos pues eso, cuatro personas nos quedamos cuando se fue la pareja. No era buena hora, pero no puede tener esa actitud...claro que ahora que me has contado eso, lo entiendo más.

-Sí, es que el día anterior también tuvo un mal día. Se ve que le está comiendo Madrid. No me extraña. Hay que ser muy fuerte de espíritu para hacer vagones. Y ahora hay muchos. Muchísimos, que van por los vagones haciendo su número. Músicos sobre todo. Bajan los beneficios...y la gente que va en el metro...muchos están en paro, está claro. Va menos gente y va más seria. Es difícil.

Bueno, si alguien ve por el metro de Madrid a un mago vestido de blanco, con un carrito en el que pone MAGIA haciendo un número de magia clásico (cuerdas, pelotas, pañuelos, cajas misteriosas) distribuido en dos paradas, ya sabe que necesita ánimos. Está ahí luchando. Sufre porque querría hacerlo en mejores condiciones, y practica el noble arte de la magia, que nunca se debe perder.

Conclusiones:

-La música nunca debería ser prohibida. Es una puta manía últimamente, lo de prohibirlo todo. Entiendo el punto del viejo pero estoy a favor del músico.

-Las monjas de Valladolid van a rezar por mí y como hay que ser agradecida

-...voy a mandar buenas ondas al Mago del Traje Blanco.

martes, 26 de abril de 2011

biblioteca del CSIC


tengo que hacer trabajos, investigar un poco, y se puede pedir un pase temporal.
no había visto nunca una biblioteca tan grande.
me sentía como en la peli de la Bella y la Bestia.

estantes enteros de diccionarios etimológicos, de atlas, de diccionarios de todos los idiomas, pasillos enteros de teoría literaria, estantes y estantes de estudios sobre el Quijote, sobre lo que quieras.

quiero quedarme a vivir aquí, quiero trabajar aquí, quiero encontrar un piso al lado de este sitio, leer y leer y leer no podía avanzar hasta lo que buscaba, me tenía que parar mil veces, curiosearlo todo.

olor a papel y silencio y partículas de historia desprendiéndose de cada volumen impregnando todo de imperceptibles ecos de voces mudas, voces escritas, de las voces silenciosas que han fluido, calando para siempre, a través de miles de miles de dedos.

sábado, 23 de abril de 2011

lecho rojo


buscando fotos de esta performance de Beth Moysés en la que participé durante ARCO 2008, me encontré

desnudas hasta la cintura amasamos cuarenta kilos de pintalabios rojo fue muy placentero para una exhibicionista y yonki de colores y texturas como yo

martes, 19 de abril de 2011

LXXIX- Comando Sangüis

El mínimo de dignidad.

Darle la vuelta a la tostada.

Era mi meta para hoy. 

A media mañana ha acudido a ser encuestada acerca de la consistencia del pan de molde Muestra 2 una madre que venía con su hija de nueve años. La madre ha untado una rebanada con crema de cacao, mientras la niña se relamía diciendo '¡mmmmmm!' y he tenido que explicar que no se podía probar. ¡Qué pena! Ha dicho la niña, y la madre se ha reído y ha dicho 'Hija, mejor no mires, que ya sé que a estas horas te entra gusa' Eran las doce de la mañana. Es una hora muy razonable para tener gusa.

A continuación he tenido que pedir a la madre que preparase un sangüis (a partir de ahora lo voy a escribir así) para lo cual había mantequilla, jamón york del caro y lonchas de queso fundido. Mientras lo hacía, la niña se revolvía inquieta en la silla y la madre le decía entre sonrisas 'Hija, que no mires, que te va a dar más hambre. Ahora en un ratito llegamos a casa y comemos. Sí que es una pena que no se pueda probar, pero qué le vamos a hacer hija, así es'.

Por último hemos tostado otra rebanada y la madre ha untado crema de cacao, para apreciar la consistencia tanto en crudo como en tostado. He terminado de encuestar a la madre y les he dicho por lo bajini: 'si se lo doy bien envuelto...' la niña ha terminado mi frase con una sonrisa bien grande y también por lo bajini '...me lo guardo en mi bolsa grande y no me lo ven' y la madre ha estado de acuerdo, porque tirar comida está mal. 

Antes de salir por la puerta, la niña se ha girado y me ha dedicado una preciosa sonrisa cómplice.  

He salvado mi dignidad desde por la mañana, y he puesto mi miguita de pan de molde sin corteza para la causa de que una niña 
1) no crea que es normal tirar comida 
2) sepa que uno puede decidir saltarse alguna norma si es absurda y más si todos se están dando perfecta cuenta de lo absurda que es. 

A todo esto, la coordinadora, mi jefa en ciernes, recibe una llamada de los clientes (la marca de pan de molde) Le piden que mida, con una regla, en centímetros y milímetros, las diferentes muestras de rebanadas de pan. Dicen que algo no les cuadra.

No es difícil deducir que las rebanadas de pan no pueden medir lo mismo unas que otras si hablamos en términos milimétricos. A los de la marca no les entraba en la cabeza. En la recepción del hotel revuelven cielo y tierra para encontrar una regla. Miden las rebanadas: las rebanadas miden todas diferente. En fin. La conclusión es que la marca de pan se ha equivocado con la Muestra 3, la que estuvimos haciendo y tirando toda la tarde de ayer. A nosotros nos pagan igual, pero esas entrevistas habrá que repetirlas otro día. No es que toda esa comida se tirase para nada, fue para nada sobre el para nada. El colmo del colmo, vamos.

Debe ser un asunto complicadísimo mandar desde la marca de pan, tres tipos de pan de molde distinto, uno de los cuales es de otra marca. Y el cliente que estuvo ayer supervisando toda la tarde no se dio cuenta. Alguien mandó el pan equivocado, una sola palabra de diferencia 'normal' o 'familiar' genera un gasto de cientos de euros entre pan, entrevistadores, agencia, gratificación de los entrevistados, y repetir todo el asunto otro día. Y tirar otra vez tanta comida. No lo quiero ni pensar. 

Bueno, yo ya llevaba un rato apartando sanguis en una falsa bolsa de basura pero a partir de ahí he sido implacable: hasta las tostadas de crema de cacao, si estaban en condiciones, las juntaba con disimulo haciendo sangüis y las iba echando a la saca. 

He parado cuando he llegado al máximo que podía llevarme en el bolso a la hora de comer-un bolso bien grande- sin levantar sospechas. 

Pensaba hacer la de ayer y comerme un bocata en el solecillo del Retiro, y repartir los sangüis de camino y por ahí, que ayer vi bastantes mendigos. Pero me acordé de  Marco, que vive muy cerca de donde estaba, y le debía una llamada y una quedada hace muchos días. Podía quedar y hemos ido a comer a un sitio muy chulo: una bar llevado por una cooperativa de gente muy maja, salmorejo y hamburguesas de salmón con alcaparras, una pasada. Como el tiempo se me ha echado encima se ha quedado encargado, como miembro semivoluntario del Comando Sangüis, de repartir los sangüis donde considere necesario, que sé que sabe dónde y a quién. Y así me podría llevar muchos más por la tarde.

Cuando he vuelto al hotel, estábamos los cuatro entrevistadores pero la coordinadora había petado después de tanto tocamiento de cojones: por lo visto la agencia estaba en estado de caos y estábamos solos sin nadie que nos controlada. Lo he planteado nada más llegar: 'Chicos, si no os parece mal, ahora que no está la coordinadora y no la vamos a comprometer, yo querría llevarme los sangüis para repartirlos por ahí a quien le puedan venir bien.' Es que a la coordinadora también le tocaba los ovarios lo de tirar la comida.

'Me parece muy bien, yo estaba por decirlo. Me voy contigo a repartirlo luego' ha dicho Eva, y los otros, Laura y  Alberto, han estado de acuerdo. Los cuatro hemos ido guardando los sangüis apiladitos y en muy buen estado. Como no ha habido mucho curro (han tenido que anular bastantes entrevistas por la cagada de los panes equivocados) los he podido hasta envolver en servilletas de papel de puta madre. Con cuidadito. 

Y al salir del curro han querido venir conmigo. Hemos ido los cuatro, de Antón Martín a la Puerta del Sol y hemos subido hasta la Plaza Mayor dando sangüis a cada persona que veíamos pidiendo. El último lo he dado a un hombre que pedía en las escaleras de entrada al metro. 

Y aunque no se me quiten las ganas de quemarlo todo, llevo todo el día sintiéndome un poco ninja, porque he robado y repartido un montón de sangüis que se iban a tirar. Y no sólo eso, es que hemos sido cinco en el comando en un momentito. Y eso han sido nuestras cinco miguitas de pan de molde sin corteza.

Al llegar al portal de casa, un gato negro que está muchas veces por ahí pero que nunca me dice nada, me ha dicho 'miau' claramente a mí. Últimamente no les echo de comer porque les veo muy gordos, y veo que hay latitas de comida de gato recientes, de otras personas que les echan de comer. Pero le he visto un poco flaco esta vez. El tema del celo, tanta pelea y tanto folleteo les deja hechos mistos. 

El gato ha dicho 'miau', claramente a mí. 'Qué pasa, gato? Tienes hambre?' y ha vuelto a decir 'miau'. 'No me quedan sangüis, gato' pero ha vuelto a decir 'miau' y en fin, le he dicho 'bueno, espérate ahí que ahora bajo, anda'. He bajado con dos platos. En uno mitad y mitad de lata de comida de gato y comida seca, y en el otro le he puesto agua. Estaba esperando a alguien seguro, alguien del portal le debe estar echando de comer con regularidad. Le ha sorprendido, pero sí, ha dicho 'me caes bien' e inmediatamente ha atacado la comida. 

Y me dan ganas de repartirme entera.

Hoy desobedecí, hoy sí, hoy puedo decir que sí. Más allá del mínimo, seguro. Hoy desobedecí, y robé y animé a otros a que lo hicieran y eché de comer al gato callejero (multa de 500 euros, dicen los carteles de mi calle, ja, ja) y voy a dormir algo mejor que ayer.


traBajos inEstAbles- LXXVIII - el lado oscuro de la tostada

Para opinar acerca de la densidad de la tostada, no es necesario probar la tostada. 

Es más, no hay que probar la tostada. 

El cliente ha dicho que las tostadas no se prueban. 

De manera que somos cuatro entrevistadores en la sala de reuniones de un hotel, en la que hay dispuesta cuatro mesas y hay una mesa central donde se guardan las muestras de producto, es decir, las tostadas. 

Es un estudio de mercado de una marca de pan de molde, que quiere saber qué opinan las consumidoras de pan de molde sin corteza, compradoras principales del hogar de entre 28 y 55 años y con hijos, acerca de la densidad de sus tostadas. 

Las entrevistadas ya están captadas vía telefónica. Únicamente vienen a evaluar un producto, en una encuesta de unos diez minutos, y cobran una gratificación de doce euros por ello.

La primera parte va sobre hábitos de consumo de pan de molde sin corteza.

En la segunda parte le mostramos una rebanada de pan de molde sin corteza y le preguntamos de qué marca cree que es, si le parece que tiene buena pinta, si el color está bien, si el grosor está bien, y si la densidad de la miga está bien, para hacer aprecio de lo cual, el consumidor debe untar crema de cacao en la rebanada de pan. Sin comerlo. 

En esta parte también le pedimos que elabore un sándwich, para lo cual hay disponible jamón york y queso, tomate rallado, aceite y mantequilla. La persona se hace el sándwich y aprecia la consistencia del pan. Pero no se puede comer el sándwich. 

Por último, tostamos una rebanada de pan en tostadoras, hay una en cada mesa para tal efecto. Son una monada, de esas que las tostadas saltan cuando están en su punto. Y después la persona evalúa la apariencia de la rebanada de pan tostado, le damos un sobre que contiene doce euros y se va. 

Y por último, porque así está indicado en las estrictas normas del cliente -la marca de pan de molde, su sección de márketing- toda la comida se tira a la basura. 

Cuatro rebanadas de pan por persona entrevistada. Son muchas entrevistas al cabo del día. Mucha comida intacta a la basura. No creo en el pecado pero tirar comida lo es. 

Me he pasado el día tirando comida y me van a pagar por ello. Había mendigos en la misma calle donde está el hotel en cuyo interior estamos tirando comida. 

El cliente, es decir, el director de la movida del márketing de la marca de pan de molde, ha estado por allí y había que cumplir su asqueroso protocolo. Mañana ya no estará. 

No puede ser que el mundo funcione así, no se puede estar tirando comida cuando otros pasan hambre. Por un puto estudio de márketing. No cuesta una puta mierda hacer las cosas de otra manera. Las cosas se pueden hacer bien. Pero a los directores de márketing no se les pone en los huevos. Pero en qué cabeza cabe tirar así bolsas y bolsas de comida. 

Cómo puede dormir ese tío, como pueden dormir todos los de su calaña y cómo voy a dormir yo. Obedeciendo por seis euros la hora, cobrando por tirar comida y pensando cómo hacer que la historia no se repita mañana. Que mañana tengo que hacer algo. Aunque sea poco, pero Algo. Porque de qué cojones va esto. He hecho estudios de mercado de otras cosas. Los ambientadores no se tiraban. Si los ambientadores no se tiraban, la comida mucho menos. Nadie se muere por no tener ambientador. Qué asco de miseria de la abundancia, qué asco y qué putada que para ser consciente de que te queda un grano de cordura haya que experimentar esta náusea. Los directores de marketing no son humanos.

Noches así me cago en cómo funciona el mundo, y si soy un diminuto engranaje quiero saltar por los aires o morir aplastada. No quiero, no quiero, me niego a funcionar entre semejantes piezas.

Mañana y ya. Miércoles Faulkner. Miércoles Faulkner. Miércoles Faulkner. Mañana sándwiches. Robar sándwiches. Bolso grande. Discreción. Alevosía. Aunque sean unos pocos. Aunque sea uno. El mínimo de dignidad.

domingo, 17 de abril de 2011

trabaJos iNestables- LXXVII

Ya había tramitado el permiso para poder ir toda la semana que viene a la biblioteca del CSIC, para buscar bibliografía especializada y preparar el trabajo que voy a presentar en Psicocrítica.

Pero me han llamado para trabajar, mañana y pasado. Así que en lugar de estar leyendo a especialistas en Faulkner voy a estar haciendo un estudio de mercado, registrando la opinión de la gente acerca de la densidad de no sé qué tostadas.

A cambio no sé cuánto me pagan exactamente, ni me lo han dicho. Sé cómo: dentro de mes y medio tendré que ir a buscar el cheque a la otra punta de madrid, e intentar cobrarlo en una oficina bancaria donde quieran considerar ese cheque de aproximadamente cien euros como 'cheque nómina' y así no cobrarme los tres euros de comisión que te restan por pagarte TU dinero de TU cheque, que has ido a buscar un mes y medio después de realizar el trabajo a la otra punta de madrid.

No entiendo cómo funcionan las cosas, o cómo han llegado a funcionar así. La realidad es obscena, un sutil proceso kafkiano.

Dicen mis padres que sus tiempos fueron duros: no pudieron estudiar, mi padre trabajaba a los doce años y mi madre a los catorce. A los veintimuypocos se casaron y en cuatro años habían pagado su casa, con el sueldo de dependienta de mi madre, y el de electricista de mi padre. Además de tener y mantener a dos hijos, pudieron comprar una parcelita de tierra en la que ir poniendo cimientos y poco a poco ladrillos, para hacer con sus manos -y las manos del amigo Matías, albañil de profesión, y las manos ásperas y nobles de mi abuelo, trabajador incansable, y las manos suaves pero resistentes de mi madre, y las manos de todo el que quiso o pudo ayudar-la casita de los fines de semana y los veranos, la casita del campo.

Mi madre dejó de trabajar para cuidar 'de niños y de viejos' (el sino de la generación de mis padres) y yo llegué a destiempo y aún así nos sacaron adelante sin problemas, a los tres críos y a las dos casas. Sin grandes lujos, pero desde luego sin necesidad. Si hasta nos íbamos de vacaciones:  en lugar de ir a un hotel íbamos a un camping. En lugar de comer en chiringuitos, mi madre hacía ensalada y pollo empanado y bocadillos y nos los comíamos a la sombra de los pinos. En lugar de ir a París íbamos a Cuenca, y todos tan contentos. La única gran putada: estar atado a un trabajo que no te gusta, porque no pudiste estudiar. Conclusión: que mis hijos estudien. Funcionó con mis hermanos mayores, que terminaron sus carreras mucho antes de que empezara a oler a crisis, cuando apenas empezaba a escucharse la palabra 'becario', 'ETT', 'contrato basura'. Aunque hayan firmado hipotecas a treinta años, las podrán sacar adelante. Nunca fueron a buscar un cheque de cien euros al mes y medio de haber trabajado dos días evaluando la opinión acerca de la densidad de la tostada, en quinto de carrera. 

Ahora ya está todo el pescado vendido. Y para la mierda que respiramos, estamos muy tranquilos. Pero no me confío. Ni me desespero. La calma absoluta precede siempre a los tsunamis.

jueves, 14 de abril de 2011

La Estirpe Gatuna (II) El Secreto de Salem


Siempre he tenido gatos. En la casa del campo. Eran medio silvestres, medio domésticos. No tenían permitido entrar en casa aunque yo les colaba a veces y siempre dije y cumplí, que cuando me fuera de casa tendría una gata viviendo conmigo. 

Pero hasta que eso ocurrió, sólo veía a 'mis' gatos los fines de semana y en verano. 
El enfoque funcionalista que mis padres sostenían sobre los minimos ('los gatos sirven para cazar ratones') les llevó a adoptar una perspectiva darwinista en cuanto a los cuidados: no esterilizar a las gatas, tampoco matar a los gatitos (gracias, papá) simplemente regalar los que se pueda, y dejar que los demás se organicen. Los más fuertes sobrevivirán y se quedarán por aquí, conseguirán defender un territorio. Los más débiles morirán el primer invierno, y si sobreviven terminarán buscando otra zona libre de conflicto donde establecerse.

De manera que cada año me tocaba hacer carteles y poner anuncios en el periódico para conseguir regalar a todos los gatitos. 

Tenía dos tácticas maestras: 

-Si la persona venía a ver a los gatitos para elegir uno, intentaba que se llevara dos. Funcionaba muy a menudo. '...así se harán compañía y jugarán entre sí, y no se dedicarán a arañarte la casa... mira qué lindos, qué pena da separarlos...' funcionaba, sí.  

-Si la persona no venía a elegir al gato, si me pedía que le llevara el gato a algún sitio, entonces le regalaba al enclenque de la camada.

El enclenque: el más pequeño, el que siempre cobra, el que tiene menos posibilidades de sobrevivir y menos posibilidades de conseguir un territorio. Si las condiciones son duras, en plena naturaleza, es el primero al que la madre tendría que dejar morir para intentar sacar adelante a los demás. El enclenque: el desfavorecido por nacimiento, el que nace estrellado.

Pero también: el más listo. El que observa mientras los demás hacen, porque todavía es débil para hacer. El que desarrolla tácticas defensivas y evasivas más que ofensivas. Los grandes huidores. Pequeños y rápidos. Astutos. Los que sobreviven, los que llegan a ser grandes, siempre son los más astutos. Los que de mayores tienen el carácter más marcado suelen ser el más fuerte de la camada y el enclenque. El enclenque sabe que es débil: por eso nunca baja la guardia. El enclenque sabe que le atacarán: por eso está preparado para defenderse y huir. Cuando he ayudado a salir adelante a algún gato enclenque, que no hemos logrado regalar y ha llegado a ser adulto, ha mantenido siempre un vínculo fuerte conmigo, más que sus hermanos. El enclenque recuerda la ayuda que ha recibido. 

Una vez, nació una camada a finales de verano, y nacer a final del verano supone pocas posibilidades de sobrevivir. Esas camadas lo tienen muy crudo. Eran negros, y sólo conseguimos regalar uno de los tres. Les llevé al enclenque, y le llamaron Salem. Se juntó que su mamá no era muy grande y él era el enclenque, así que siempre ha sido un gato un poco pequeño. Se fue a vivir con la familia de los amigos de una amiga, a un bonito chalet adosado en la ciudad. Salem vivió ahi durante años, pero un día desapareció. Le buscaron y le esperaron, pero nada, no le encontraron. Se escapó y no volvió. Pasaron los meses y no volvió. Pasó un año y no volvió. 

Hacía mucho tiempo que habían dado por perdido a Salem, cuando una mañana, la hija de la familia escuchó a un gato rascar en la ventana para entrar. Un gato igual que Salem, pero que no podía ser Salem.
Abrió la ventana, el gato entró como siempre había hecho Salem, porque era Salem. Desde la punta de la cola hasta el último bigote, pasando por un colmillo peculiar que siempre le asoma un poco, era Salem. 


Cuando fue llegando el resto de miembros de la familia confirmaron que en efecto, era su gato: el gato pequeñajo ése que se supone que -nadie lo quería decir, pero era lo más probable- había muerto atropellado un año largo atrás, porque ¿cómo va a sobrevivir un gato enclenque y casero en la ciudad...?

Bueno, el veterinario constató que Salem estaba gordo y bien cuidado -y más cariñoso, afirma el hijo de la familia de Salem- así que

-La explicación más lógica es que alguien lo encontrara y haya estado viviendo en una casa todo este tiempo....

y la necesaria prolongación de ese argumento: 

-...y que de allí se haya escapado y haya vuelto...

Salem ha estado de vacaciones. O secuestrado. O conociendo el mundo. Tal vez se hizo el gato más mafias de la ciudad y luego se cansó de la vida pendenciera. Pero no. Las almohadillas de las patas, la tripita y ciertos detalles delatan que vivió bajo techo en una casa en condiciones. La capacidad de sobrevivir de los enclenques que llegan a adultos es sorprendente. Pero que encontrara una casa no es tan improbable. Lo sorprendente es que volviera como si nada. Y que esté ahí hermético, guardando sus aventuras y su secreto, enclenque triunfador. 

"Omnia cordis secreta manibus designari"

"Todos los secretos del corazón designa la mano"

Trismegistus I (Artículo XXI) de Juan Caramuel

miércoles, 13 de abril de 2011

Kampaspe



Tomada como modelo por el pintor Apeles, Alejandro Magno se dio cuenta al ver sus retratos de que Apeles la amaba más que él mismo, y le regaló a su concubina Kampaspe.

*Cuadro:  Campaspe, John William Godward, 1896.

descreída

creo que ignoro los piropos

por lo mismo que ignoraba los insultos.


comparten un principio de enjuiciamiento no solicitado.

martes, 12 de abril de 2011

El disparo cojo

A mí siempre me llama Teresa. 

-Usted en mis clases se llama Teresa- sentenció casi al principio y desde entonces, en la clase de Crítica Literaria, yo me llamo Teresa. El nombre de su difunta esposa. 

-Bien, Teresa, dígame: si usted tiene que agarrar un animal desconocido ¿cuál preferiría que fuera: un perro o una gallina?

depende del tamaño del perro, pienso. hay perros que objetivamente, físicamente, me pueden

-Una gallina-contesto.

-Vaya, pues mucha gente elegiría el perro. A mucha gente le dan grima los animales con pluma. A mí me pasa, yo me he criado entre animales pero me gustan los de pelo. Los de pluma no, nada -y hace una reflexiva pausa- saben ustedes, yo maté una vez a un par de enamorados. Ya saben, yo soy buen tirador. Y a mi casa, que tiene un gran jardín en medio de Madrid, ustedes comprenderán que vienen cientos de pájaros. Es un auténtico incordio. No me miren así, sólo disparo. Ni siquiera soy cazador. Yo sólo mato en mi casa, y con silenciador, por el qué dirán. Bueno, pues anidaban en la hiedra, hasta que la tuve que quitar. Anidaban por todas partes. Y un día, vi un par de palomos enamorados y disparé a uno. Y el otro no huyó. No huyó. Sí, voló a una rama, pero ahí se quedó: mirando al otro, que estaba seco claro, no se movía. Me dio pena. Así que lo maté también.

La clase se agita -¡pero bueno!-dicen -muy mal, muy mal- una compañera de clase que es médica le echa una hipocrática regañina al anciano catedrático, pero a mí siempre me llama Teresa, y por eso

palomo viejo, tu crueldad me da ternura. palomo viejo y enamorado: sé que le pides explicaciones a  quien quiera que sea el tirador que no te ha disparado a ti después. 

apuntes de clase II

"Es una lástima que yo sea tan buen tirador. ¿Para qué me sirve? Saben ustedes, yo fui campeón de España de tiro olímpico pero, ¿a quién mato? ¡Habría que matar a tantos!"

Clase de Crítica Literaria II

sábado, 9 de abril de 2011

desobediencia II



acto poético-acto de resistencia-apachería-desobediencia de un delfín durante un estúpido show de animales marinos en japón.

viernes, 8 de abril de 2011

'la señorita escritora es, de todas las que están aquí, probablemente la única capaz de enamorarse profundamente de un muerto'

mi profe de crítica literaria, tan sabio por viejo como por diablo.
lo dijo en clase el lunes pasado, hablando de adivina quién.


bueno, lo mío con Eurípides no era ningún secreto...

jueves, 7 de abril de 2011

April is in my teacher´s voice



Ocho y media de la mañana. Clase de Psicocrítica. Es una optativa a la que asistimos apenas doce personas. La profesora es muy joven, sabe una barbaridad, se prepara mucho las clases, es exigente, habla muy bien, es guapa, viste bien. Una crack.

El temario es extraño, porque es una asignatura bastante mixta. No es estrictamente sobre crítica literaria, no es sobre psicología, es un poco de todo. Y eso hace que, especialmente los mayores de la clase -no es por nada, pero así es: hay cinco personas mayores de cincuenta años en esta asignatura, y cuatro de ellos- interrumpan a menudo cuestionando a la profe o dando su poco humilde opinión. 

Hoy nos ha puesto en clase esta canción, y en concreto este vídeo de youtube, mientras escribía la letra en la pizarra. La letra tiene que ver con la Teoría de los Humores de Hipócrates, porque cada temperamento -colérico, melancólico, sanguíneo o flemático- está asociado a una estación del año. 

Lázaro, uno de los mayores de cincuenta, -que es escritor profesional y es muy amigo de otro profesor, al que siempre trataba con máximo respeto en clase- tenía la sonrisita sarcástica que siempre se le pone en clase de Psicocrítica y que me pone mala gana; se pasa una hora y media con cara de 'hay que ver qué tontunas dice esta chiquilla', cuando no está cuestionando la utilidad de lo que aprendemos. 

La profesora escribe la letra de la canción en la pizarra y dice: 

-Bueno, por si en el vídeo no se entendía bien la letra, os la voy a canturrear- carraspea y entonces 

sale de ella una increíble voz de soprano-en una clase de Psicocrítica a eso de las nueve de la mañana de un jueves; no lo hemos visto venir- que nos ha dejado a todos como al jurado que escuchó por vez primera a Susan Boyle. No por el contraste apariencia exterior-manifestación del interior como en el caso de Susan. Porque a mi profesora le pega cantar así. Creo que ha sido por la hostia que le ha dado al contexto. La ruptura de las expectativas respecto a una clase de psicocrítica a las nueve de la mañana de un jueves.

Y por eso

April is in my teacher´s voice


*letra de la canción:

April is in my Mistress' face
and July in my eyes hath place
within her bossom is September
but in her heart a cold December.

(Thomas Morley, siglo XVI)


Ovación al final, y la profe riéndose sonrojadilla diciendo 'nada, nada, si ha estado desastroso, así, de buena mañana... pero gracias, gracias.'


 [final esperado para el cuento:

...y ya ningún mayor, incluido Lázaro, volvió a interrumpirla con gilipolleces.]

¿dónde va a echarse mejor la siesta una gata que en el escritorio donde intenta estudiar la humana que vive con ella?

-no estudies, humana. mira qué tarde hace. haz como yo. mira lo que hago con tus apuntes: me los duermo

-gata, deja de malinfluenciarme. por favor.

-buah, si lo estás pidiendo a gritos...

miércoles, 6 de abril de 2011

Spartacus: sangre y maromos III


un miércoles más viendo cómo las gasta nuestro querido Maromus.

"Sólo hay un camino: matarlos a todos"

...si es que en el fondo es un romántico...

lunes, 4 de abril de 2011

apuntes de clase

Crítica Literaria II

Concepto y criterio de ambigüedad. Siete tipos de ambigüedad de William Empson.

LA LITERATURA TRABAJA CON EL DESEO IMAGINATIVO, NO CON LA RAZÓN

verdad/falsedad=inoperante

época de poesía asignificativa-> críptica

Importante: concepto de PROYECCIÓN.

DIFERENCIA: Concepto fundamental en toda filosofía deconstructiva.

Paul de Man (buscar)

ES MÁS FÁCIL SUGERIR EL ABSOLUTO DESDE LA AMBIGÜEDAD

Importante: concepto de CONSISTENCIA

CON LOS BUENOS SENTIMIENTOS SÓLO SE HACE MALA LITERATURA

irreflexiones violentas


el hecho de que me encuentre fantaseando con la idea de inmolarme y no me parezca algo ni medianamente autocensurable.

creo que las putadillas de la vida, del sistema, llámalo x, -los asuntos burocráticos, económicos, prácticos- no me frustran ni me amargan ni me deprimen, pero me generan pensamientos muy violentos.

de acción no lo soy -no me he pegado en mi vida. una vez un imbécil me tocó el culo y le di un guantazo que me supo a gloria. eso es todo. también es que he hablado de putadillas, no de putadas. ante la violencia de verdad, una guerra, yo que sé, pienso que intentaría huir, que no he nacido para morir por ningún tipo de patria ni de causa y si no se puede huir, intentar resistir resistir resistir y/o morir matando- pero de pensamiento sí, cada vez más. yo de pequeña dibujaba simbolitos de la paz, pero ahora me encuentro preguntándome si el problema del mundo no será que casi siempre ejerce la violencia la gente equivocada. igual no es buena ni mala. igual depende del uso que se haga de ella y de quién la ejerza sobre quién la ejerza. en fin, decir esto a la ligera no se puede, requiere un peso filosófico detrás que ahora mismo no me veo con fuerzas de asumir pero que en realidad molaría.

el mero hecho de estar vivo supone necesariamente y como mínimo una gran violencia interna.

me pones un cuarto de testosterona y tres cuartos de adrenalina, para tomar aquí.

por qué Inglorious Basterds tiene que ser una ucronía.

bilocación

es uno de los superpoderes que me parecen más molones. hasta hoy nunca lo había deseado para poder inmolarme en dos sitios a la vez, que en estos momentos me parece la posibilidad más atrayente que ofrece el don de la bilocación. más bien la única posibilidad.

inmolarme en la sección de becas del vicerrectorado de la universidad y a la vez, en la subdirección general de becas del ministerio de educación. si sólo puedo hacerlo en uno de los dos sitios no tiene ningún interés ni ningún sentido.

es que no quiero inmolarme en el sitio erróneo y, si lo hago en uno de los dos, me equivocaré siempre, porque los dos afirmarán que mi inmolación es competencia del otro.

sábado, 2 de abril de 2011

tempus fugit, amor manet*

se me olvida. creo que sólo me acuerdo fugazmente de año en año. de pronto caigo y pienso 'joder, si era verdad. existe. si yo lo vi. con estos ojos yo lo vi ¿por qué se me olvida?'

eran las prácticas de la carrera, Trabajo social. tenía que visitar a un matrimonio de ancianos para valorar si necesitaban el servicio de Ayuda a domicilio (=servicio del ayuntamiento por el cual una auxiliar acude X horas a la semana para hacer las tareas domésticas y si es el caso, el cuidado y aseo de la persona)

me costó encontrar la casita pequeña, un piso bajo que daba directamente a la calle, en una barriada a la antigua usanza con sillas en las puertas de las casas donde salir a tomar el fresco y charlar con las vecinas.

llamé, y me abrió su hija. tenían dos, y una de ellas había sacado un hueco en su trabajo para estar aquel día durante la entrevista. yo tenía 22 años y la trabajadora social-tutora de mis prácticas estaba de vacaciones, así que era una de las primeras visitas que hacía yo sola.

el señor caminaba encorvado y estaba bastante sordo. la mujer caminaba muy despacito, y estaba delicada de salud en general. eran muy mayores.

INFORME SOCIAL:

Alfredo Valle y Luisa Ortega (82 y 80 años)

Estado de la vivienda: Muy buena. Calefacción eléctrica. Sin problemas de accesibilidad: una sola planta sin escaleras. Baño adaptado (plato de ducha con apoyos) Cocina reformada: vitrocerámica, lavavajillas.

Situación familiar: Muy buena. Dos hijas: Luisa y Lucía. Muy buena relación. Implicadas en el cuidado de los padres. Trabajan todo el día, pero viven cerca. Les visitan prácticamente a diario. Conviven el fin de semana, en casa de las hijas. Dos nietos (hijos de Lucía).

Entorno social: Buena relación con vecinos, trato diario. Médico amigo de la familia. Muy conocidos en el barrio porque tenían una tienda de alimentación (se jubilaron hace años).

Dinámica familiar:

-Venga, venga, pero siéntese. 
-Por favor, no me llame de usted...
-¿Quieres un café? Yo voy a tomar uno. 
-Entonces sí. Gracias, muy amable. 
-Pues verás, es la historia de siempre, supongo: mis padres están muy mayores...
El señor Alfredo está sentado en una silla junto a la puerta y la señora Luisa en un sofá. Nosotras dos, en el tresillo. Me fijo en el señor Alfredo, que no aparta la vista de Luisa mientras la hija pequeña, Lucía, me cuenta aquello de que son muy conocidos en el barrio porque tuvieron la tienda de ultramarinos hace años y el señor Alfredo la mira con una intensidad definitivamente obscena para la edad que tienen y de pronto lanza un beso. La señora Luisa se ríe, y yo que me he dado cuenta me río y Lucía dice ¿qué? y la señora Luisa dice con una sonrisa de oreja a oreja:
-...ná, hija, tu padre, jijiji'-.
-Ah, sí, mi padre. Mi padre con mi madre. Es increíble- y sonríe-, siempre así. Siempre, siempre han sido así. Voy a enseñarte algo- y se levanta y abre un cajón del aparador. Los ancianos se sonríen sin dejar de mirarse. 
-¡Bonita!- exclama el señor Alfredo. A la señora Luisa se le escapa una risita adolescente. 
-Es que mi padre siempre ha tenido adoración por mi madre. Bueno, y mi madre por él. Se adoran. Y a mi padre siempre le ha gustado escribir poesías. Todas son sobre mi madre y sobre nosotras...
-Ah, sí, sí- interviene el señor Alfredo, al ver que su hija saca una carpeta muy gruesa llena de folios. 
-Mis poesías...-y veo cómo la señora Luisa sonríe con orgullo de musa, y su hija empieza a explicarme algunos poemas.
-Éste es de cuando nací yo, y éste de cuando mi hermana cumplió siete años, y éste es a los ojos de mi madre; y éste de aquí se lo hizo para un cumpleaños, es la historia de cómo se enamoraron...
Mientras, aquel matrimonio de octogenarios sigue comiéndose con la mirada hasta que finalmente el señor Alfredo se levanta, y encorvado y despacito va hasta Luisa, acaricia su pelo canoso, besa su mano arrugada y dice mirándole a los ojos:
-Mi amor...

...y hasta yo me pongo roja.

Diagnóstico Social:

Existe. Hay pocos casos, es una lotería que le toca a a veces a la gente. Pero sí; existe, y lo he visto con mis propios ojos y no quiero que se me vuelva a olvidar: tempus fugit, amor manet


*el tiempo pasa, el amor permanece. (Horacio)

picnic apache


con Zo en la plaza del Dos de Mayo; soleado último jueves de marzo.

¿y qué si hablamos de amor? del Eros primigenio: lo que da cohesión a los demás elementos.

pesadillas II


por alguna incomprensible razón que abraza la misma lógica que dejar de producir mi perfume favorito, también han dejado de hacer la mayoría del merchandising de Emily the Strange; personaje de cómic que mola taaaaanto.

durante años conseguí hacerme con varias cosas (encargando a EEUU, en España ni las comercializaban) como son: una baraja de póker de Emily, que es total; un set de post-its con dibujitos de Emily y de sus gatos, una billetera-minibolso espectacular, una taza en la que sale Emily bebiendo de una taza -cuando pones algo caliente en la taza, de la taza dibujada en la taza sale vaho, es genial- y el diario de pesadillas.

el diario de pesadillas es brutal: tiene las hojas negras, con varios dibujos diferentes y viene con un boli que escribe en color plata. numeré las hojas empezando por el final y escribo en él de vez en cuando sin ningún tipo de orden y sin poner fecha.

de ahí extraigo una pesadilla sin fecha (pág. 57 empezando por el final):

"cruzaba el fango y lugares malolientes, un montón de sitios absurdos y más o menos medio maldito infierno. al fin encontraba una casa con 27 cuartos de baño y todos estaban sucios y todos estaban ocupados. bajaba al sótano, pero no era un sótano, sino un río de agua podrida y asquerosa. en la otra orilla estaba él: mi amante, lo único hermoso de todo el maldito sueño. yo estaba como loca por cruzar pero no veía por dónde. le gritaba: "¡no te preocupes! ¡encontraré la manera de cruzar!" y el desgraciado, cabrón, hijo de perra, me decía: "¿Quién eres? No me acuerdo de tu nombre"

viernes, 1 de abril de 2011

piel de cordera, furia interna



estoy en un momento delicado de mi vida, burocráticamente hablando.

me han denegado la beca de estudios. la razón que alegan es errónea. presenté alegaciones. me denegaron las alegaciones, y me indicaron la misma razón (que es errónea).

en la universidad me dijeron que eso lo tramitaba el ministerio, que ellos se limitaban a recoger las alegaciones, y que me dirigiera allí. me dirigí al ministerio de educación. de allí me mandaron a otra sección del ministerio, que casualmente está en la otra punta de madrid. he ido allí, donde alguien muy amable y competente, me ha explicado que allí no tramitan eso: lo tramita la universidad.

ahora tengo una semana, contrarreloj, para ir al vicerrectorado de alumnos de la universidad (en horario de mañana claro, el mismo horario que mis clases= faltar a clases) y encontrar a alguien competente que me corrija esa mierda que me han intentado colar. una semana para encontrar alguien competente -burocráticamente hablando- en mi universidad...no sé si me va a dar tiempo...

...y de paso, acercarme por la ventanilla de la sección de becas a saludar como este perro del vídeo al cabroncete incompetente que me mandó al ministerio y me hizo perder dos mañanas.

no hay nadie más peligroso ni más loco que el que no tiene nada que perder

debería estar estudiando

pero me he encontrado pensando en que Nicholas Hughes, el hijo que tuvo Sylvia Plath con Ted Hughes, fue biólogo marino y se había especializado en estudiar las corrientes de los salmones -el pez que nada contracorriente para volver al lugar donde nació, y allí reproducirse y morir- intentando encontrar respuesta a la pregunta “Why do fish prefer one position over another?” y en ésas estaba cuando se ahorcó en su casa de Alaska, lugar muy distante de su Inglaterra natal.