lunes, 4 de abril de 2011
irreflexiones violentas
el hecho de que me encuentre fantaseando con la idea de inmolarme y no me parezca algo ni medianamente autocensurable.
creo que las putadillas de la vida, del sistema, llámalo x, -los asuntos burocráticos, económicos, prácticos- no me frustran ni me amargan ni me deprimen, pero me generan pensamientos muy violentos.
de acción no lo soy -no me he pegado en mi vida. una vez un imbécil me tocó el culo y le di un guantazo que me supo a gloria. eso es todo. también es que he hablado de putadillas, no de putadas. ante la violencia de verdad, una guerra, yo que sé, pienso que intentaría huir, que no he nacido para morir por ningún tipo de patria ni de causa y si no se puede huir, intentar resistir resistir resistir y/o morir matando- pero de pensamiento sí, cada vez más. yo de pequeña dibujaba simbolitos de la paz, pero ahora me encuentro preguntándome si el problema del mundo no será que casi siempre ejerce la violencia la gente equivocada. igual no es buena ni mala. igual depende del uso que se haga de ella y de quién la ejerza sobre quién la ejerza. en fin, decir esto a la ligera no se puede, requiere un peso filosófico detrás que ahora mismo no me veo con fuerzas de asumir pero que en realidad molaría.
el mero hecho de estar vivo supone necesariamente y como mínimo una gran violencia interna.
me pones un cuarto de testosterona y tres cuartos de adrenalina, para tomar aquí.
por qué Inglorious Basterds tiene que ser una ucronía.