jueves, 27 de mayo de 2010

Islas Filipinas


-¿Qué son las Islas Filipinas, mamá? Mamaaa, ¿qué son las Islas Filipinas?¡Eh, mamá, dímelo! ¿Qué son las islas filipinas? ¡Mamá, dímelooo! ¡Las Islas Filinas! ¿Qué son?

La madre mira al infinito sin inmutarse, mientras el niño revolotea a su alrededor repitiendo una y otra vez la pregunta. Debe tener seis o siete años y una curiosidad insaciable con la que está descubriendo el plano de metro de Madrid. Estaba leyendo en voz alta los nombres de las paradas de la línea 7, hasta que ha llegado a Islas Filipinas. La madre permanece indiferente a la demanda de su hijo, que tiene que insistir como veinte veces.

Al final vuelve en sí, aunque su cara sigue estando muy cansada. Esa clase de cansancio que se te instala en la mirada cuando tu vida es, digamos, muy poco satisfactoria.

Ni siquiera mira a su hijo al contestar:

-¿Islas Filipinas? Es una parada de metro.

Evidentemente el niño no es tonto, quiere saber si hay islas ahí o qué, por qué tiene ese nombre tan exótico.

-¿Sólo?¿Pero es una parada de metro normal?

La madre piensa un momento.

-Sí, bueno...es grande. Más grande que otras. Está bien.