miércoles, 2 de febrero de 2011
inconscientes
*(la foto es de aquí)
Juro que veo a gente haciendo footing por el centro de Madrid y me dan ganas de avisarles. Pero cuando les quiero decir algo ya se han alejado trotando con sus mallas y sus deportivas, sus cascos y su pinta de personas de bien.
Pobrecillos. Me parece que creen estar haciéndole algún tipo de favor a su organismo. Cuando les digan: Tiene usted un enfisema, o un cáncer de pulmón dirán ¡No puede ser! ¡Soy una persona sana! ¡Cada día salgo a correr un rato y no fumo!
Inocentes.
No se dan cuenta de que lo que hacen es peor que fumar...en esta ciudad comprendí que las cintas de correr de los gimnasios (que me parecían el colmo de lo inútil) tenían cierta razón de ser. Aquí es más sano hacer ejercicio en un sitio cerrado que al aire libre. Pero nada, algunos no lo ven.
Tienen los pies en el suelo, qué duda cabe. Pero nunca miran hacia el cielo, supongo.
Y es que no es difícil dejar de fumar en Madrid. Para quitarte el mono, basta con abrir la ventana y respirar bien hondo, pienso mientras, de todas formas, me acabo el cigarrito.