el título es del gran advenedizo.
es lo que pasa con algunos domingos.
hilo pensamientos al azar porque no hay prisa y me doy cuenta de que ha transcurrido el primer tercio de la vida, y eso si todo va bien. o mal, según como se mire. que es mi primer fin de semana después de los exámenes y sólo quería estar aquí refugiándome del frío, descansando la mente, intuyendo la vida fuera sin que me diera envidia. que anoche le dije a mi madre por teléfono 'al final mañana no voy' porque me daba pura pereza y ellos ya están pasando del segundo tercio de la vida, cuando los hijos se hacen mayores y a veces tienen pereza y no van a verles y yo me doy cuenta de que la función 'reloj biológico' la tengo apagada desde siempre y sigue sin encenderse ni cuando mis amigas son madres ni cuando estoy con mis sobrinos ni nada, si acaso el pensamiento que me cruza es que no tengo ni zorra porque probablemente ni siquiera conozco al padre de mis hijos, y al final debo ser más tradicional de lo que me creo porque me importa conocer al padre de mis hijos y me importa si alguna vez soy madre biológica no ser una vieja y no quiero tener hijos para prolongarme a mí misma en el tiempo ni en un absurdo intento de proyección, no creo que los hijos sean nuestro pequeño 'yo' para volcar en ellos aspiraciones no cumplidas o vocaciones o hacerlos a nuestra imagen y semejanza ni nada. simplemente tendría que conocer al padre mis hijos. de adolescente siempre decía que no quería tener hijos porque no quería que crecieran en este mundo de mierda. la única persona que me supo replicar fue mi padre 'a lo mejor tu hijo es uno de los que va a cambiarlo'.
bueno, será si llegas a conocer a su padre y se alinean toda una serie de variables, pero tal vez.
en fin, la semana que viene iré a ver a los míos.