-señores y señoras, disculpen las molestias, tengo dos hijos pequeños y en diciembre me quedé en paro y entonces tengo que hacer esto de vender clínex para llevar de comer a mis hijos, si me pudieran ayudar, se lo agradezco.
y ha recorrido el vagón y cuando ha terminado, se ha apoyado en una puerta, ha sacado del bolsillo un móvil última generación de los enormes y se ha puesto a guasapear.
y no es un chiste.