martes, 16 de julio de 2013

nota al pie

entre tú y yo:
en realidad no me regaló el colgante del trocito de cielo porque nunca me hubiera llevado a ver las estrellas.
fue porque él estaba en modo 'paso de ti', pasaba de mí, y entonces me ligué y me ligó un astrónomo-saxofonista-acróbata que quería llevarme a ver las estrellas al observatorio astronómico.

habíamos quedado un sábado a mediodía para que un amigo nos dejara una tienda de campaña, para preparar las cosas y comprar comida, porque íbamos a acampar y a pasar la noche viendo estrellas.

me levanté pronto, hice un bizcocho. no es por nada pero los hago espectaculares. a eso de las once el bizcocho se estaba dorando en el horno, y entonces me llamó por teléfono el astrónomo-saxofonista-acróbata.

pensé qué majo, se ha levantado pronto y todo y seguro que me llama para confirmar las cosas.

pero:

-¿¿FLACA DÓNDE ESTOY?? ¡JODER JODER JODER!
-¿qué pasa? ¿que dónde estás? ¿estás en la calle? ¿en una casa? 
-HE SALIDO CORRIENDO DE UN PORTAL Y ME HE DEJADO MI ABRIGO Y AHORA NO SÉ VOLVER JODER JODER ME TENÍA QUE IR DE ALLÍ, FLACA, NO ME ACUERDO QUÉ HA PASADO ¿DÓNDE COÑO ESTOY? ¿¿QUÉ HAGO??
-No lo sé...a ver, estás borracho. No vayas así a tu casa, ven aquí o dime dónde estás y voy a por ti. Pregunta o algo, ¿no hay nadie por la calle? 
-VALE, PERO NO TENGO CASI BATERÍA. NO SÉ SI ME ACUERDO DE DÓNDE VIVES. VOY A PREGUNTAR, ¡¡OIGA, SEÑORA!! ME PUEDE DEC-------FIN DE LA LLAMADA. 

y nada. saqué el bizcocho del horno. pasaron tres horas. ya era la hora de comer. de pronto llamaron al telefonillo. 

era lo que quedaba del astrónomo-saxofonista-acróbata tras una noche salvaje de destrucción masiva. me contó que encontró un metro, se durmió y estuvo dando vueltas dos horas hasta que le despertaron los vigilantes y recordó que tenía que llegar a mi casa. y bueno, llegó casi entero. 
casi, sólo le faltaba la cazadora, los calcetines y los calzoncillos. lo último que recordaba era que iba a las mil de la madrugada en un coche con una pareja que había conocido de fiesta. lo siguiente que recordaba era la sensación confusa de tener que salir corriendo aún borracho. entre una cosa y otra, era incapaz de recordar si se había desnudado o le habían desnudado; si había intentado follar, si había follado o si es que le habían follado. ni zorra. nada. 

no sé, me pareció entrañable. llámame rarita, yo qué sé. llámame tarada. lo soy. pero se vio borracho y perdido y se le ocurrió llamarme a mí, que hacía cuatro días que nos conocíamos. a todo el mundo se le va de las manos alguna noche alguna vez. y si no, qué tristes vidas llevan. 

le dejé dormir. al final no fuimos a ver las estrellas a Toledo. nos quedamos en Madrid. nos comimos el bizcocho. nos besamos mucho.

no os preocupéis. seguiremos aquí. nos gusta observar vuestras locuras.